El consejo de Gobierno publicó la pasada semana el Decreto 25/2018 de 27 de julio, sobre la conservación de la Posidonia oceanica en las Illes Balears. Este decreto tiene por objeto garantizar la conservación de dicha planta y las comunidades biológicas de las que forma parte, mediante la regulación de aquellos usos y actividades que puedan afectar la especie y el hábitat, y mediante la promoción de acciones que contribuyan de forma activa al mantenimiento y la consecución de su estado favorable de conservación.
La Posidonia oceanica es una fanerógama marina endémica del mar Mediterráneo, de crecimiento muy lento y de una extraordinaria importancia biológica y ecológica, que forma extensas praderas en torno a las Illes Balears, con una superficie de más de 650 km2. Se trata de la vegetación marina más extendida en fondos litorales entre 0 y 35 m de profundidad, llegando hasta los 43 m en el Parque Nacional Marítimo-terrestre del Archipiélago de Cabrera, con una dinámica biológica que incluye el desprendimiento anual espontáneo de una gran parte de biomasa de hojas que se regeneran naturalmente.
Aunque la Posidonia oceanica está fuertemente protegida como hábitat y especie bajo la legislación europea y básica estatal, la realidad evidente en el litoral de las Illes Balears hace que este ecosistema esté sometido a una serie de presiones y amenazas que ponen en peligro su buen estado de conservación, hecho avalado por todas las evidencias científicas. Entre las presiones destaca la ocupación del fondo marino para obras de puertos, los dragados, la pesca de arrastre ilegal, el efecto acumulativo del anclaje de embarcaciones, el vertido de aguas deficientemente depuradas y las salmueras de desalación o las operaciones de limpieza de playa que implican la retirada de restos muertos.
Entre las amenazas cabe señalar el aumento de la presión demográfica y turística que se ha intensificado en los diez últimos años; la amenaza del cambio climático, que supone una acidificación de los mares y océanos; la dispersión de vectores de enfermedad, o la introducción de especies invasoras, entre otras. Cabe destacar sobre las presiones enumeradas que la retirada de restos muertos de una especie incluida en el Listado en régimen de protección especial debe estar regulada por la Administración; por lo tanto, es necesario regular esta actividad básica, a fin de hacerla compatible con la conservación de la especie.
Este incremento de usos en nuestras aguas, principalmente ligados a la presión antrópica tanto desde el punto de vista de impactos provenientes de tierra (emisarios, construcción, etc.) como de las actividades en el mar (pesca, navegación, etc.) ha hecho aflorar ejemplos de impactos que pueden poner en peligro el estado óptimo de conservación de la posidonia incumpliendo lo que estipula la Ley 42/2007. Así, se hace necesaria una regulación adaptada a la realidad de las Illes Balears que haga compatibles la existencia de actividades humanas con la protección y conservación de la especie y del hábitat.
El presente Decreto 25/2018 pretende establecer un marco jurídico homogéneo para la protección y conservación de la Posidonia oceanica. No obstante, aquellas zonas incluidas en espacios naturales protegidos o bien en la Red Natura 2000 tienen su regulación específica establecida en los instrumentos de planificación derivados de la Ley 5/2005, de 26 de mayo, para la Conservación de los Espacios de Relevancia Ambiental (LECO). Sin embargo, y para garantizar la homogeneidad de protección pretendida, este decreto se aplicará a falta de los instrumentos de planificación o, en su caso, a falta de previsión por parte de estos.
Decreto 25/2018 de 27 de julio, sobre la conservación de la Posidonia oceanica en las Illes Balears