Picos de Europa se convirtió el 22 de julio de 1918 en el parque nacional de la Montaña de Covadonga. Tres cuartos de siglo más tarde, en 1995, pasó a la actual denominación de Parque Nacional de Picos de Europa. El próximo 22 de julio se cumplirán cien años desde la promulgación de éste como primer parque nacional de España. Geografía de roca calcárea, reino de rebecos y águilas, osos y lobos, al que el quebrantahuesos ha regresado tras décadas de ausencia, el parque es visitado cada año por más dos millones de personas. Los Picos de Europa siguen siendo uno de los parajes naturales más apreciados de la Península, pero su gestión ha generado cierta controversia, sobre todo en lo referente a las poblaciones de lobo ibérico
100 años de historia
El 22 de julio de 2018 se cumplirán cien años desde que el Rey D. Alfonso XIII sancionara la Ley por la que se declaraba el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga como primer parque nacional de España. La norma se publicó en la Gaceta de Madrid del 24 de Julio, siendo el promotor de esta declaración, al igual que ya había ocurrido con la Ley de Parques Nacionales de 1916, D. Pedro Pidal Bernaldo de Quirós, Marques de Villaviciosa de Asturias.
A partir de aquí y hasta nuestros días es muy largo el camino seguido en el desarrollo legislativo y en la actividad administrativa vinculada directamente a la protección de la naturaleza en nuestro país, siendo hoy más de 1.800 los espacios protegidos declarados en España dentro de las muy variadas figuras que la normativa permite.
El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga dio paso, en 1995, al actual Parque Nacional de los Picos de Europa, que protege los tres macizos de estas imponentes montañas cantábricas. Enclavadas en la cordillera Cantábrica, las casi 65.000 hectáreas protegidas por el parque (que abarca tierras de Asturias, Cantabria y Castilla y León), reconocidas en 2003 como reserva de la biosfera por la Unesco —por la labor en favor de la conservación y el desarrollo sostenible—, encierran toda una gama de ecosistemas y recursos naturales, de los que el turismo interesado en la naturaleza, el mundo rural y los deportes de montaña son sus mayores beneficiados.
Retroceso en la conservación
No faltan las voces discordantes con la gestión actual del Parque. Ecologistas en Acción se felicita del cumplimiento del primer centenario del Parque Nacional de Picos de Europa, al tratarse de un espacio de alta montaña, formado por una unidad geológica caliza bien diferenciada de la Cordillera Cantábrica y que se protegió con el objetivo principal de preservar sus importantes valores naturales y por su importancia cultural e histórica. Lamentablemente este aniversario coincide con un preocupante retroceso en la conservación de dicho parque, debido en gran parte a una insuficiente e incorrecta gestión, a la excesiva permisividad de ciertas actividades humanas como el turismo y competiciones deportivas, a la persecución del lobo ibérico y a algunas malas prácticas cinegéticas.
Entre las diversas razones del retroceso que en la última década viene sufriendo el Parque Nacional de Picos de Europa caben destacar las siguientes:
El parque carece de un modelo de gestión común a la totalidad del parque, así como de una guardería específica y un Director Conservador para todo el espacio. El parque nacional se gestiona mediante una Comisión de Gestión y un Consorcio del Parque Nacional de Picos de Europa compuesto por Asturias, Castilla y León y Cantabria que se ha demostrado ineficaz: cuenta con tres directores del parque nacional, uno por cada comunidad autónoma, que se van rotando y que casi no se coordinan. La guardería también depende de cada comunidad autónoma Estos órganos de gestión han demostrado no ser adecuados para la gestión de un parque nacional. Sin haber realizado un completo diagnóstico de su estado de conservación, sin zonificación o regulación alguna y sin que la ciudadanía tenga conocimiento de aquellas actividades que son autorizables en el interior de este parque, es muy difícil que pueda realizarse una buena gestión. Debido a ello se producen periódicamente situaciones rocambolescas, como por ejemplo que durante algunos años no se autorizara el tránsito en vehículos 4x4 por ciertas pistas forestales en zonas de alto valor natural y ahora sí se permita.
Sin duda una de las principales amenaza en Picos de Europa es la proliferación de un turismo muy intensivo y no regulado. Es el parque nacional más visitado de la península. El turismo desmedido está provocando importantes impactos ambientales en el parque. Zonas como la Ruta del Cares, los Lagos de Covadonga o el Teleférico de Fuente Dé concentran una gran cantidad de visitantes en zonas muy sensibles desde el punto de vista ecológico. No se realizan los necesarios estudios de capacidad de visitantes, lo que da lugar a problemas de contaminación por vehículos, ruido y residuos antes inexistentes (latas de refrescos, paquetes de cigarrillos, colillas o toallitas higiénicas). Este año incuso se baraja la posibilidad de ampliar las plazas de aparcamiento existentes en el interior del parque o ampliar la red eléctrica convencional en lugar de apostar por el transporte público o las energías renovables. Las pruebas deportivas también están proliferando de forma desmedida y los gestores de este parque no parecen tener prisa por limitar o regular dichas pruebas. Tampoco se ha evaluado correctamente si estas actividades están teniendo efectos negativos, lo que conlleva que la práctica totalidad de actividades de empresas turísticas y eventos deportivos que se solicitan anualmente a los directores del parque se autorizen con escasas limitaciones.
Picos de Europa es el único Parque Nacional español que cuenta desde su creación con una población viable de lobos ibéricos, lo que justificaría sobradamente que el parque dedicase parte de sus recursos para la conservación de dicha especie. Pero lejos de asegurar su protección y de convertir Picos de Europa en un modelo a seguir para la conservación de la especie, las diferentes administraciones permiten que se continúen realizando periódicamente todo tipo de acciones de caza de lobos injustificadamente. Un ejemplo son las que se realizaron en la semana del 9 al 13 de julio en el entorno de Fuente Dé, con riesgo para la seguridad de las personas por desarrollarse a lo largo de una de las rutas turísticas más populares del parque. Dicha cacería fue autorizada por la Dirección General de Medio Natural del Gobierno de Cantabria, pero sin conocimiento por parte de gran parte del personal del parque nacional (incluido el director del parque de guardia en ese momento y codirector por el Principado de Asturias) y sin tener en cuenta las épocas de partos y crianza de las especies de fauna existentes en la zona. En estas cacerías, que Ecologistas en Acción considera “clandestinas” por su premeditada ocultación a la opinión pública. Además se utilizan artefactos explosivos, prohibidos explícitamente por las leyes de caza, y se permite la participación de cazadores locales y vecinos de los pueblos (personal administrativamente no habilitado). En ocasiones se superan las 100 personas por cacería y día.
La caza es una actividad incompatible con un parque nacional pero que todavía se autoriza en Picos de Europa. En la práctica totalidad de la superficie de las vertientes cántabra y leonesa se sigue cazando jabalí en batida, con un amplio despliegue de vehículos 4x4 por las zonas mejor conservadas del parque, prácticamente cada semana entre septiembre y marzo. Además se siguen cazando en época de celo rebecos, ciervos, cabra montés, lobos, zorros, tejones, mustélidos y córvidos bajo el eufemismo de "controles poblacionales", aunque ello contradiga la normativa europea y esté demostrado que perjudica a la biodiversidad. Dichos controles se realizan, en su mayoría, mediante arma de fuego y, en parte, mediante jaulas-trampa. Por otro lado no se ha puesto un especial interés por erradicar el furtivismo o el uso de venenos en el interior del espacio, como lo demuestra la muerte por la sustancia prohibida carbofurano de uno de los últimos ejemplares de quebrantahuesos liberados (Julia) en el ámbito de un programa de recuperación de esta especie con fondos comunitarios.
Ecologistas en Acción considera que el centenario del parque nacional merece, sin duda, ser celebrado, pero reclama que las diferentes administraciones adopten medidas urgentes para actuar en cada una de las amenazas citadas, teniendo siempre presente que la prioridad de un parque nacional es su conservación, no su aprovechamiento. En concreto Ecologistas en Acción insta a las comunidades autónomas de Cantabria, Asturias y Castilla y León a que adopten las siguientes medidas:
El establecimiento de un modelo de gestión común para todo el parque, con un solo Director Conservador que tenga competencias en todo el parque.
La aprobación urgente del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de Picos de Europa incluyendo medidas para regular mejor los usos públicos, realizando estudios de capacidad de acogida de las zonas más visitadas.
El abandono de la persecución del lobo y fomento de medidas de coexistencia entre el lobo y la ganadería.
Una adecuada regulación del control de poblaciones para que se realice con criterios técnicos y por personal especializado.
La progresiva desaparición de todas las modalidades de caza.
Si piensas visitar el Parque Nacional de Picos de Europa...
Este parque nacional cuenta con un centro de visitantes en cada una de sus tres vertientes autonómicas: el centro Pedro Pidal (985 84 86 14), en Cangas de Onís (Asturias); el de Sotama (942 73 81 09), en Liébana (Cantabria), y la oficina de Posada de Valdeón (987 74 05 49), en León.
En verano, Semana Santa y puentes se habilitan más puntos de información en los diferentes accesos. La web del parque también recoge los mejores miradores, como el que se asoma al Naranjo de Bulnes desde el pueblo de Camarmeña (Asturias).