El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020 lanzó hace algún tiempo su propuesta para que las medallas entregadas a los atletas se fabricaran a partir de desechos electrónicos. Tras reunir alrededor de 47.488 toneladas de basura electrónica, han anunciado que esperan cumplir los objetivos de este plan presentado tres años atrás con la idea, no solo de recoger los materiales necesarios para fabricar las medallas, sino también de concienciar a la población sobre el reciclaje de los dispositivos electrónicos.
Medallas más simbólicas de lo que parece
Como ya sabemos, las medallas olímpicas no son puramente de oro, plata o bronce. Las medallas de bronce para los Juegos Olímpicos de Río tenían un coste de 2,70 dólares estando compuestas por cobre en un 95%, de ahí que en los dispositivos electrónicos haya más material aprovechable de lo que parece.
De este modo, la organización movió a su vez a los organismos necesarios para que se reuniese los suficientes residuos electrónicos como para fabricar los metales de las próximos juegos olímpicos y paralímpicos. Y según ha anunciado el comité, se muestran confiados a la hora de cumplir el objetivo tras reunir unas 47.488 toneladas de basura electrónica gracias al apoyo del público y de las compañías colaboradoras, así como de atletas nacionales e internacionales.
Las tiendas de NTT Docomo han podido reunir en este tiempo más de 5 millones de móviles, un dato entre otros que da confianza al comité de Tokio 2020 a la hora de recoger el suficiente material para las medallas, que ya cumplió el objetivo de recuperar 2,700 kg de bronce se cumplió en junio pasado, mientras que para el mes de octubre ya se había extraído el 93,7 por ciento del objetivo de oro de 30,3 kg y el 85,4 por ciento del objetivo de plata de 4,100 kg.
La primera prueba olímpica: cumplir con el plazo
Es curioso que esto en sí ya sea una prueba a cumplir antes de las propias olimpiadas y por parte del propio comité. El plazo para lograrlo acaba el 31 de marzo, por lo que tienen aún hay tiempo para reunir los kilogramos de oro y plata mínimos para construir los metales de Tokio 2020.
De momento esta propuesta de fabricar las medallas es además un gesto para concienciar sobre el impacto medioambiental de la fabricación y desecho de móviles, que según Naciones Unidas genera 50 millones de toneladas al año en todo el mundo. Así que iniciativas como ésta nunca están de más, aunque cierto es que antes de tirar un móvil o reciclarlo también podemos darle una segunda vida y seguir aprovechándolo.