La bomba de calor es una de las mejores soluciones para aumentar la eficiencia energética y la descarbonización, además de resultar muy rentable para el usuario. En la actualidad, existen sistemas de aerotermia que consiguen rendimientos superiores al 500%, lo que se traduce en un ahorro de hasta el 80% con respecto a un mecanismo de calefacción tradicional.

La bomba de calor constituye una de las principales apuestas por las tecnologías limpias, como afirma Pilar Budí, Directora General de la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (AFEC). Este sistema contribuye a la consecución de los tres grandes objetivos europeos de eficiencia energética, uso de energía procedente de fuentes renovables y reducción de emisiones de CO2.

Y es que “de entre todos los sistemas a los que un usuario puede optar hoy en día, desde las calderas de condensación a los equipos de aire acondicionado, las bombas de calor son el sistema más eficiente, el que menor impacto ambiental produce y el que menos energía le hace pagar al consumidor”, según afirma David Díaz, Product Manager de Calefacción de Daikin.

Tres sistemas

Como recuerda este experto, “una bomba de calor extrae la energía gratuita de un medio frío, y la introduce en nuestro hogar por medio del suelo radiante, radiadores etc.; solo pagamos la energía necesaria para transportar ese calor de fuera a dentro”. Según la naturaleza del medio, “podemos clasificar estos equipos en geotermia, si el medio es el terreno, aerotermia si es el aire, e hidrotermia si es el agua”.

Díaz asegura que “hoy en día existen sistemas de aerotermia, que consiguen rendimientos superiores al 500%, lo que se traduce en un ahorro de hasta el 80% con respecto a un sistema de calefacción tradicional para el usuario”. Además, “el equipo se puede utilizar junto con otros emisores de calor en casa, como pueden ser la calefacción por suelo radiante (muy de moda en las nuevas construcciones) o los radiadores instalados en el hogar”.

 

Fuente: Ifema