En 2016 comenzó una de las invasiones biológicas más importantes que se recuerdan en el Mar Mediterráneo. Un alga macroscópica y parda, llamada Rugulopteryx okamurae, comenzó a aparecer en diferentes localizaciones del entorno del Estrecho de Gibraltar (Ceuta, Tarifa, Algeciras, Estepona...); primero en los fondos, según alertaban diferentes investigadores, después en las playas, en forma de arribazones, y finalmente en los artes de pesca. Su devastadora expansión, que desde 2016 no ha parado de extenderse, está provocando serios problemas a algunos de los motores de la economía litoral, ya que genera enormes problemas al sector pesquero y al sector turístico, de manera directa.
Los enormes excesos de producción del alga se acumulan en playas, acantilados, roqueos y otras zonas del litoral, dificultando el baño, generando problemas de olor, aspecto y molestias. Pero además, estas acumulaciones sepultan y ahogan a especies y hábitats que viven en esa zona litoral. Algunas de estas especies son de interés pesquero; sirvan como ejemplo las pesquerías reguladas de erizo de mar y de ortiguilla en Andalucía, que han sido paralizadas por la Junta de Andalucía por esta razón. Pero no solo los mariscadores se ven afectados. El alga se dispersa de forma masiva por la columna del agua, y además se acumula en el fondo, atascando, colapsando, cerrando o saturando diferentes artes y utensilios de pesca, generando así problemas en las capturas y en las faenas. Lo que a priori parecía un problema de ámbito local se expande por el Mediterráneo y Atlántico, obligando a las administraciones a adelantarse y adaptarse a los efectos que esta origina.
HyT Asociación Hombre y Territorio trabaja sobre los efectos que esta alga provoca en espacios y especies marinas, desde su detección en 2016. “La capacidad de tapizar el fondo es elevadísima, está desplazando o no dejando que se regeneren muchas especies y hábitats de interés para la Unión Europea por sus valores naturales”, comentan desde la organización. En su afán por aplicar nuevos métodos de mitigación, y junto a AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, han puesto en marcha RUGUPLAS, que pretende generar materiales derivados del alga para su uso por el sector pesquero. Esta iniciativa, comentan desde la coordinación del proyecto, no sería posible sin la implicación e iniciativa de las 3 cofradías que participan en el proyecto, la de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, la de Estepona en Málaga y la de Gandía en Valencia.
El proyecto se desarrolla dentro del Programa PLEAMAR y cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.. RUGUPLAS pretende alcanzar diferentes objetivos en los 18 meses de proyecto: por un lado afianzar las alianzas entre el sector pesquero y las entidades ambientales, a través de una serie de acciones de sensibilización y formación sobre las basuras marinas y alternativas a su generación y/o abandono en el mar, y sobre el conocimiento, la identificación y detección precoz de las diferentes algas macroscópicas con las que el sector interacciona.
Además, se estudiará a fondo la tipología y uso de materiales plásticos en cada cofradía, con el fin de analizar sus características, usos y posibles alternativas. Con la colaboración de los propios pescadores, se recolectarán muestras del alga, tanto en arribazón como en mar abierto, que se enviarán al laboratorio de AIMPLAS para su procesado y estudio.
Con toda esta información se pretende incrementar la formación del sector sobre las algas así como sobre la problemática de las basuras marinas, identificar los principales materiales y usos de los plásticos en cada una de ellas, e identificar posibles materiales que pudieran ser reemplazables por un bioplástico obtenido del alga. De este modo, el residuo podría ser reinvertido en la cofradía, reduciendo así el uso de plásticos (muchos de un solo uso) y su posible llegada al mar en forma de basura marina.
RUGUPLAS es la primera fase de un proyecto que pretende obtener bioplásticos derivados del alga Rugulopteryx okamurae para su uso por el sector pesquero en las zonas en las que el alga se encuentra establecida. Este proyecto se desarrolla con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, y se cofinancia por la Unión Europea por el FEMPA (Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura)
Fuente: HyT