La Tierra, desde el espacio, se ve de color azul, debido a que tres cuartas partes de su superficie están cubiertas de agua. Hablamos de unos 1.386 millones de Km3. Pero sólo entre un 2% y un 3% de ella es potable.
Según Naciones Unidas, 2.200 millones de personas viven en el mundo sin acceso a este recurso. En España tenemos la gran suerte de no sufrir una escasez que afecte notablemente a nuestro día a día… todavía. Porque los embalses se encuentran, de media, a la mitad de su capacidad, y un 74% del territorio español está en riesgo de desertificación por la sequía persistente provocada, en gran medida, por el cambio climático.
Por ello, es fundamental que los niños de hoy, que serán los adultos del mañana, comprendan cuanto antes los efectos de la escasez de agua y aprendan a cuidarla y a darle el gran valor que tiene. “Puede resultarles difícil entender cómo sus pequeñas acciones cotidianas influyen en que haya más o menos agua en el mundo, o cómo sería la vida sin ella. Para ayudarles a visualizarlo, podemos proponerles situaciones imaginarias y escenarios que puedan interpretar con facilidad, y aquí pueden ayudarnos mucho los recursos digitales”, apunta Rhona Anne Dick, directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids, empresa especializada en contenidos en inglés para niños.
Este año, el lema de Naciones Unidas para el Día Mundial del Agua es ‘Sé el cambio que quieres ver en el mundo’. Y para explicarlo, ha recurrido a una fábula en la que una colibrí hacía viajes y viajes transportando agua de un lago con su pico para tratar de apagar un incendio en el bosque, mientras el resto de los animales huían despavoridos. Muchos granos de arena forman un desierto, y la clave está en que cada persona nos convirtamos en colibríes en el gran reto de preservar el agua. También los niños.
Ahora bien, ¿cómo convertir a los más pequeños en agentes activos del cambio? “Podemos empezar por explicarles que un 60% de su cuerpo es agua, y que sin ella sus órganos no podrían funcionar. Se dice que podríamos vivir tres semanas sin comer, pero sólo tres días sin beber. Por eso es bueno que interioricen la recomendación de tomar diariamente abundante agua, y lo importante que es el hecho de que podemos tener toda la que queremos con solo abrir el grifo”, sugiere Rhona Anne Dick.
Como contraste, podemos mostrarles imágenes de lugares del mundo donde no disponen de acceso a agua potable. “Sin dramatismos, pero es bueno que comprendan que no todos los niños son tan afortunados como ellos”, subraya la experta de Lingokids. Asimismo, podemos implicarles en el cuidado de las plantas del hogar, y enseñarles cómo, sin agua, se mueren, acompañándolo de imágenes de bosques y grandes espacios naturales, para que imaginen la cantidad de agua que necesitan para vivir. Y lo mismo con las mascotas y los animales de los diferentes ecosistemas.
Una forma muy adecuada para que interioricen el valor del agua es a través del juego. Existen juegos de mesa educativos sobre animales y plantas, sobre océanos, desafíos de la naturaleza, etc. Y en el entorno digital, infinidad de apps y webs con vídeos, canciones y juegos interactivos con los que, mientras se divierten, aprenden a incorporar hábitos para cuidar el agua, que después pueden trasladar al escenario real.
Desde Lingokids han recopilado estos cinco ‘hábitos saludables para el agua’ fácilmente integrables en el día a día de las familias:
No son grandes esfuerzos, y pueden ayudarnos a convertirnos a niños y adultos en ese colibrí que hace todo lo que puede por contribuir a mejorar el lugar en el que vive.
Fuente: Lingokids