¿Qué pasaría si viviésemos en un mundo en el que no tuviéramos nada en propiedad? No me refiero a regalar todas nuestras posesiones y vivir en una yurta (viviendas utilizadas por los nómadas). Me refiero a qué sucedería si pudiésemos disfrutar los últimos gadgets y electrodomésticos, ropa y muebles por los que suspiramos o que realmente necesitamos, pero que sólo pagásemos por usarlos. Esta es la reflexión de Helena Herrero, presidenta de HP España y Portugal, que reflexiona acerca del cambio de paradigma que supone pasar de productos a servicios en áreas hasta ahora inexploradas y de cómo encaja esto en la economía circular.
¿Qué pasaría si no tuviéramos la molestia o el gasto que pudiese conllevar el hecho de mantenerlos o reemplazarlos cuando ya no nos sirven? ¿Qué pasaría si al hacerlo de esta manera contribuyésemos a mejorar el medio ambiente y al mismo tiempo mejorásemos la eficiencia de las empresas que fabrican estos productos? ¿Si esto nos diera una tregua en nuestra economía doméstica de manera que tuviéramos que pedir prestado algo menos, para tener un poco más y mejorar así nuestra calidad de vida?
Pues bien, esta forma de pensar está ganando cada vez más adeptos entre algunos de los mayores productores del mundo de los bienes que compramos todos los días. Es una nueva forma de replantearse cómo se diseñan, fabrican, usan y recuperan los productos. Eliminar el crecimiento de la dependencia de materias primas cada vez más escasas, pasando a una economía más eficiente, circular y que rebaja las emisiones de carbono.
Este concepto desafía el modelo establecido de "tomar, hacer y disponer" de nuestra economía, basado en los principios de la Revolución Industrial del 1800. Es un modelo que se está quedando obsoleto si tomamos en cuenta los desafíos en sostenibilidad a los que se enfrenta nuestra sociedad actual. Para 2050, la población de la Tierra alcanzará los 9,4 mil millones de personas. El grupo que más consume, la clase media, está creciendo de forma exponencial. En los próximos 20 años, la demanda mundial de agua dulce superará a la oferta en un 40 %. Cuando se toman en consideración todos los recursos, los expertos estiman que necesitaremos el equivalente a 2,3 planetas Tierra para mantenernos; y sólo tenemos uno.
En su corazón, la economía circular es un concepto simple y un movimiento que está cobrando ritmo; en realidad ya lo encontramos en muchas áreas. Si pensamos en los teléfonos móviles, la mayoría de nosotros alquilamos el último teléfono que nos ofrece nuestro operador, como un paquete mensual con un servicio regular y actualización para nuestro teléfono antiguo. Las empresas nos etiquetan como "consumidores" de sus productos, pero en realidad somos "usuarios". Utilizamos productos mientras nos son útiles, y luego dejamos de usarlos. Son dispositivos que luego todavía pueden ser útiles para otros, ya sea mediante el reacondicionamiento o reciclaje. Incluirlos de vuelta a una economía circular, es bueno para los usuarios, es bueno para las empresas y podría resolver algunos de los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestro planeta. Tal vez sea hora de que todos tengamos algo más de circular.
Reflexión de Helena Herrero, presidenta de HP España y Portugal para Expansión.