Buscaban una primera oportunidad, pese a que la alta tasa de paro juvenil es un escenario difícil de sortear. Desde su atalaya de licenciadas en Ciencias Ambientales con un reciente título bajo el brazo, Urdaibai Bird Center podía ser un destino apropiado para echar a volar en el mundo laboral. Mano a mano con el centro ambiental, gestionado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la Obra Social de BBK y Lanbide trabajan en un programa de becas remuneradas abierto hace dos años. La ecuación no pudo salirles mejor a Idoia Polo y Garazi Ajuria, dos jóvenes que, gracias al programa de prácticas formativas, recalaron en 2013 a unas instalaciones ornitológicas que, un año después, se han convertido en su lugar de trabajo.
En dos años de vida del programa de becas, un centenar de jóvenes ha probado suerte para acceder a trabajar en Urdaibai Bird Center y ahondar en sus conocimientos sobre investigación de la naturaleza, divulgación científica, y gestión y manejo de los hábitats. Seis lo han logrado. Idoia y Garazi son dos de los casos en los que la experiencia ha terminado con mayor éxito. Quizá se cumplió la máxima de "estar en el sitio adecuado en el momento oportuno", pero ambas agradecen la "oportunidad" que, de inicio, les brindaron.
"También se lo han trabajado y han demostrado lo que valen", tercia no obstante Edorta Unamuno, el responsable de prácticas de Urdaibai Bird Center. Mostraron su valía en las tareas, especialmente las dirigidas a la investigación, que les han encomendado en el centro ambiental ubicado en Gautegiz Arteaga. "Ayudar en los anillamientos, realizar cursos de observación, participar en el plan de recuperación del águila pescadora...", enumera Ajuria, que ante la falta de salidas en Euskadi se marchó a trabajar de au pair en Irlanda. Pero no dudó en volver a casa al recibir la llamada para realizar sus prácticas en la reserva. "Tardé tres o cuatro días en plantarme de vuelta aquí", recuerda.
"Un amigo me avisó de la convocatoria y eché la solicitud", desvela Polo, que anteriormente trató de "aprovechar una oportunidad para realizar un proyecto en Galicia", aunque resultó un callejón sin salida. El proceso seguido desde 2013 por esta barakaldarra, que concluyó sus estudios en Gasteiz un año antes, es paralelo al de su compañera: nueve meses de beca iniciales el pasado año que después fueron encadenadas a un contrato que, al menos, les tendrá trabajando en Urdaibai Bird Center un buen tiempo. Su futuro, además, parece que sorteará durante un tiempo el tan temido desempleo juvenil, ya que los responsables de Urdaibai Bird Center prevén que sigan en sus puestos.
A la vista de que la situación para los licenciados en Ciencias Ambientales no es nada halagüeña, con prácticas no remuneradas o participaciones en proyectos de investigación que los propios estudiantes deben de costearse para tomar parte, ambas se muestran "satisfechas de la oportunidad. Y afortunadas".
Difícil salida
Pese a que las universidades tienen sus programas de becas, "muchas veces no sabes hacia dónde encaminarte a la hora de buscar un empleo", asiente Polo. Así, la salida que brinda la caja vizcaina y Urdaibai Bird Center se antoja vital. "En nuestro caso, así ha sido", coinciden al unísono. "Ha sido muy bien acogido por la gente joven, que entre los dos años ha presentado cien solicitudes", desvela Gorka Martínez Salcedo, director de la Obra Social de BBK. El responsable de la entidad se muestra satisfecho porque "contribuimos de esta forma a ayudar a incorporarse al mercado laboral a los más jóvenes, uno de los grupos más afectados por el desempleo".
"Muchos compañeros de carrera no consiguen llegar a trabajar en lo que hemos estudiado", advierten Idoia y Garazi, que se muestran "contentas" no solo del primer paso en el que contaron con la ayuda de la Obra Social de la BBK para adentrarse en las prácticas, sino también con estabilizar su situación laboral. En la actualidad, su labor en el centro naturalístico está "más enfocada a la divulgación. Tenemos más autonomía, pero también una mayor responsabilidad", indican. "Pero es que quizá te puedas sentir más valorada una vez que has sido contratada", explican. Lo que sí sienten es ser "uno más" en una plantilla compuesta por una docena de personas.
En lo que respecta a la edición actual, "se han ofertado dos becas y se han recibido 17 solicitudes", informan desde BBK. La inversión de la caja vizcaina ha sido de 9.000 euros, un pequeño impulso que, no obstante, ha terminado resultando decisivo el pasado año para que Idoia Polo y Garazi Ajuria volaran al mundo laboral.
Fuente: Deia