Gisela Campillo es licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid (España) y tiene un máster en Geociencia Ambiental Aplicada por la Universidad de Tuebingen en Alemania. Desde 2011, trabaja en el BID y está asignada a la División de Cambio Climático, donde colabora con el equipo de mitigación, principalmente en iniciativas de eficiencia energética en el sector de la vivienda y en proyectos de energía geotérmica. Ahora han puesto en marcha el programa de eficiencia energética Ecocasa en México.
La familia García es una de las primeras 2.000 familias que han recibido recientemente una Ecocasa en un desarrollo habitacional en Monterrey, la capital de Nuevo León, uno de los Estados más calurosos de México. A primera vista, la Ecocasa parece igual a otras dentro del mismo desarrollo pero no lo es: estas viviendas incorporan una serie de tecnologías verdes que reducirán las emisiones de CO2 de estas casas en un 20%. Esta Ecocasa, financiada por el BID con recursos propios y del Clean Technology Fund (Fondo de tecnologías limpias) a través de la Sociedad Hipotecaria Federal de México, permitirá a esta familia no solo ahorrar en su factura de electricidad y gas, sino también mejorar su confort, ya que la vivienda está mejor construida y está mejor adaptada a las características del clima de Monterrey. Como la familia García, hay muchas otras que pueden beneficiarse de la oportunidad de tener una casa mejor y más verde.El potencial impacto de este tipo de innovación es enorme: solo en México será necesario construir siete millones de viviendas sociales para 2020. ¿Qué pasaría si los millones de viviendas que será necesario construir en América Latina y el Caribe en las próximas décadas fueran sostenibles? ¿Cuánto permitiría reducir las emisiones de CO2 de la región?.
Incluir tecnologías verdes en el diseño de las viviendas puede hacer que la inversión sea más costosa; sin embargo, está demostrado que los ahorros que generan por la reducción del consumo de electricidad, agua y gas este gasto se puede compensar a largo plazo. Además, utilizando las técnicas adecuadas de construcción, pueden reducirse los costos vinculados a mantenimiento o reparaciones causadas por efectos del cambio climático, como inundaciones o el aumento de las temperaturas
La reducción en la emisión de gases de efecto invernadero de estas nuevas viviendas puede ayudar a cumplir con las metas establecidas de reducción de estos gases, que debe ser de un 80% en 2050 para poder ralentizar el calentamiento global.
Una cosa está clara: gracias a su Ecocasa, los García ahorrarán en sus facturas energéticas y mejorarán su confort y calidad de vida, al tiempo que ayudan a que América Latina reduzca sus emisiones de carbono y se proteja frente a los efectos del cambio climático.
Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo