El modelo industrial lineal originario de la revolución industrial está basado en la transformación de un insumo en un producto de consumo, descubriendo desechos, residuos y polución en cada etapa del ciclo de vida. Al inicio, este sistema económico resultó fructífero y permitió una mejora en el nivel de vida de la población. Sin embargo, tras años de explotación de los recursos, la economía lineal acarreó graves consecuencias ambientales.

soja

A raíz de este problema, aparecieron las primeras conceptualizaciones de economía circular, un modelo que integra el factor social, ambiental y económico y trata de explotar al máximo los recursos materiales ya disponibles, alargando el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía. 

La cadena de la soja es uno de los procesos que comienza a adoptar un modelo bioeconómico circular; transformando el aceite en biodiesel y la glicerina en un producto purificado de calidad farmacopea, extrayendo lecitina alimenticia del aceite y utilizando la harina de soja como base proteica para los animales de granja. Asimismo, la economía circular implica utilizar los estiércoles, producidos por dichos animales, en un biodigestor para generar metano apto como energía directa, transformarlo en energía eléctrica, aprovechando también el calor que genera el proceso, o producir fertilizante biológico que aporte nutrientes al campo.

Recientemente, ha surgido la idea de agregar un nuevo eslabón y recuperar el aceite de cocina, domiciliario o comercial. En el proceso de recopilación de datos nacionales sobre Uso y Reciclado de Aceites Vegetales, ha participado Camila Rastelli, una alumna del grado en Ciencias Ambientales como parte del equipo de FAUBA y en convenio con la empresa DH-SH de Capitán Bermúdez (Santa Fe) .

Los resultados obtenidos en las encuestas mostraron que en Argentina cada persona consume un promedio de 20 litros de aceite vegetal y genera 2,6 litros de aceite usado por año, es decir, un total de 122 millones de litros al año, de los cuales únicamente se recuperan 27 millones de litros. El objetivo marcado para el futuro, es la recuperación de los 95 millones restantes. 

Los humanos y la vida tal como la conocemos está en riesgo si no se modifican nuestros consumos y hábitos, la economía circular es sin duda parte de la solución.

 

Fuente: Clarín

 
boletin sobre

Colegios Ambientales:

Colaboramos con: