En los últimos años, ha aumentado la conciencia sobre la necesidad de incrementar la tasa de reciclado en nuestro país y de que el material reciclado permanezca más tiempo en el ciclo productivo, dos de los pilares de la economía circular. Así, el 64% de los españoles se plantea dejar de comprar ciertos productos si no tiene garantías de su reciclabilidad. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta encargada por Dríade Servicios Medioambientales y realizada por el Instituto IO Sondea de Investigación de Mercados entre más de 1.300 personas en todo el país.

Los datos señalan que el momento de hacer la compra es clave, pues nueve de cada diez encuestados aseguran que la sostenibilidad de los envases es uno de los factores que tienen en cuenta cuando van a adquirir un producto. Sin embargo, no siempre resulta fácil para los consumidores identificar cuáles son los envases más respetuosos con el medio ambiente y ejercer, así, su derecho a una compra responsable.

Los propios envases, principal fuente de información para conocer su sostenibilidad

Para asegurarse de que el producto que están comprando es sostenible, los españoles utilizan como principal fuente de información el mismo envase, ya que el 71% confía en los datos que ofrecen las etiquetas de los propios envases sobre su reciclabilidad. Esto puede confundir al consumidor, puesto que hoy en día no hay una regulación sobre este tipo de mensajes en España y muchas compañías están autodeclarando unos índices de reciclabilidad que no se corresponden con la realidad.

Por ello, es de vital importancia que el mensaje indicado tenga el respaldo de una etiqueta certificada externamente, que evalúe de forma rigurosa el porcentaje de material que queda disponible para un reciclado de calidad, es decir, la reciclabilidad real.

Precisamente, Dríade Soluciones Medioambientales ha desarrollado la metodología de su Certificado y Sello de Reciclabilidad para ayudar a los consumidores a descubrir la realidad detrás de las falsas etiquetas del tipo “100% reciclable” y a identificar las opciones más responsables con el medio ambiente. Cuenta para ello con el apoyo científico de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF y con la experiencia del Gremi de la Recuperació de Catalunya, entidad que aglutina a más de 300 recicladores y es miembro de Euric y BIR.

Esta nueva y rigurosa metodología estudia y cuantifica con precisión todas las características del diseño del envase que pueden conllevar una disminución de la cantidad o calidad de material reciclado, teniendo en cuenta todas las fases reales del proceso: consumo, recogida, clasificación, reciclado y aplicación final.

Raquel Iglesias, directora general de Dríade Soluciones Medioambientales, señala que “nuestra metodología no solo permite a los fabricantes de envases y empresas envasadoras adquirir un conocimiento exhaustivo de los procesos de reciclado, sino también alcanzar sus compromisos medioambientales y mejorar la reciclabilidad de sus envases. Así, podrán garantizar el cumplimiento de las normativas presentes y futuras, además de optimizar su posicionamiento de mercado ante una demanda de sostenibilidad cada vez más exigente por parte de los consumidores”.

Tal exigencia de los consumidores, unido a la ausencia de un marco normativo adecuado, han hecho aparecer multitud de sellos y certificados de reciclabilidad impulsados por los propios envasadores, que normalmente carecen de los mínimos estándares de rigurosidad y transparencia, y que deben considerarse mero greenwashing.

La reciclabilidad varía entre los distintos envases

Los españoles son conscientes de que no todos los envases son igual de reciclables, tal y como afirma el 87% de los encuestados. De hecho, a la hora de determinar si un envase es sostenible o no, aseguran tener en cuenta tres factores principales: que el material con el que esté fabricado sea 100% reciclable (66%), que sea biodegradable (56%) y, por último, que se recicle infinitas veces (46%).

Distinguir estos tres factores a simple vista puede ser un reto. Según Iglesias, la metodología del Certificado de Reciclabilidad “permite saber en qué grado un envase es susceptible de reciclarse con mayor facilidad, porque aunque algunos envases puedan parecer iguales a simple vista, desde el punto de vista de la reciclabilidad no lo son. Por ejemplo, mientras que el color negro o la opacidad pueden impedir el reciclado de calidad de un envase plástico, en un envase metálico estos colores no generan ninguna interferencia. La reciclabilidad de dos botellas idénticas puede ser totalmente distinta dependiendo del adhesivo que se haya utilizado en la etiqueta”.

 

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