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El ambientólogo Pablo Rodríguez Ros (Cartagena, 1990) participará en la primera expedición que circunnavegará el Polo Sur, donde estudiará el impacto del cambio climático en los polos junto a otros 54 científicos de 30 países. Algo más que un sueño cumplido para este licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia, que participará en un proyecto científico de gran envergadura, tal y como os contábamos hace unos días, gracias a una beca de doctorado concedida por La Caixa.

Pablo Rodríguez, que realiza el doctorado en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, se integrará en una misión que partirá el 20 de diciembre de Ciudad del Cabo y regresará a la capital de Sudáfrica el 18 de marzo de 2017. Tres meses de navegación, aprovechando las condiciones benignas del verano austral, durante los cuales 55 científicos de treinta países analizarán el impacto del calentamiento global en ambientes extremos. Patrocina este proyecto el Instituto Polar Suizo, una entidad científica de reciente creación, con sede en Lausana, promovida por un consorcio de universidades helvéticas.

El ambientólogo cartagenero participará en la primera etapa de la singladura, que terminará en Hobart (Tasmania), aunque también se embarcará en el viaje preparatorio, entre Alemania y Ciudad del Cabo, y más tarde de nuevo entre esta misma ciudad y el puerto base del barco ruso ‘Akademik Treshnikov’.

 

"Otro mundo"

"La Antártida es otro mundo. El aire es superpuro, no hay nada de contaminación y la atmósfera es tan transparente que todo parece más cerca de lo que está realmente. Y te sientes un intruso. Eres un invitado y la fauna no te tiene miedo porque nunca ha habido asentamientos humanos". Pablo Rodríguez habla del Polo Sur con conocimiento de causa porque ya ha estado allí antes, el año pasado durante una campaña científica a bordo del ‘Hespérides’.

En unos meses regresará al continente helado para profundizar en su ámbito de estudio: cómo determinados compuestos químicos que salen del agua y pasan a la atmósfera, en periodos de ‘blooms’ o proliferación de fitoplancton, contribuyen al proceso de creación de nubes actuando como núcleos de condensación. La toma de muestras, que debe hacerse en puntos alejados para evitar partículas contaminantes, le llevará al Pacífico y al Índico en próximas misiones científicas. "Conocemos el hecho del cambio climático, pero nos falta el cómo, cuándo y dónde", explica.

"La temperatura subirá a final de siglo entre uno y siete grados, según los distintos escenarios. Por eso hay que acabar con la incertidumbre, que en parte se debe a que no sabemos cómo funcionan los procesos de formación de nubes; un fenómeno que contribuye al enfriamiento, pero que aún no sabemos en qué medida concreta", advierte el joven científico, ansioso por reencontrarse con los icebergs.

 

De la Rambla del Albujón al continente helado

Antes de merecer un hueco a bordo del buque de investigación ‘Akademik Treshnikov’, Pablo Rodríguez Ros ha tenido que hacer un meritaje menos atractivo que otear grandes bloques de hielo y alternar con leones marinos. Como bucear en la Rambla del Albujón, el canal que desagua al año al Mar Menor cinco hectómetros de aguas cargadas de nitratos procedentes de la agricultura intensiva. Pero también de otro tipo de residuos, como pudo comprobar recabando y analizando muestras para la Universidad de Murcia. "En el Mar Menor se cumple paso a paso lo que dicen los libros de texto sobre los procesos de eutrofización. Algo que los científicos llevan advirtiendo desde hace muchos años sin que se les haya hecho ni caso. Es un tesoro que nunca hemos valorado lo suficiente", se lamenta este ambientólogo, que obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera en 2013.

 

Fuente: Los pies en la tierra.

 

 
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