El 44% de los estadounidenses asegura haber hecho boicot a algún producto por razones medioambientales en 2021, ocho puntos porcentuales más que en 2019. Este castigo no se limita a productos concretos, sino que extrapola al resto de la marca. El 43% de los consumidores declara no haber comprado más artículos de determinada firma después de haber leído información que los comprometiera desde el punto de vista medioambiental.
En esta línea, en torno al 35% de los españoles está dispuesto a dejar de comprar alimentos que se hayan transportado desde otro país en el próximo año, según el citado documento. Casi la mitad de los consumidores considera que está haciendo suficiente a nivel personal para paliar los efectos del cambio climático, liderados por los más jóvenes, por lo que creen que es el momento de pasarle el testigo a las compañías, pues sostienen que pueden hacer más de lo que están haciendo hasta ahora.
Debido a la mayor presión por parte de los consumidores y a la sanciones gubernamentales, se han producido avances. Las empresas europeas redujeron sus emisiones un 14% de media en la última década (hasta 2019). Pero la mejor manera de juzgar la forma en la que abordan sus emisiones es comparar estas con respecto a las ventas. Desde la crisis financiera hasta 2019, las compañías han descarbonizado sus operaciones un 23%. Este progreso, sin embargo, no se ha realizado de manera uniforme en todos los sectores: mientras que, en Europa, el inmobiliario y los bienes de consumo han alcanzado reducciones superiores al 50%, las telecomunicaciones y la energía han disparado sus emisiones por encima del 20%.