España sigue avanzando hacia la consecución del sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible que busca garantizar el acceso universal al agua potable ya un saneamiento adecuado . Según el último balance de la ONU, el 98% de la población española dispone de servicio de agua potable y el 97% cuenta con un sistema de saneamiento adecuado.
Estos ratios contrastan con los recabados a nivel global: el 29% de la población mundial no dispone aún de un servicio de agua potable gestionado de forma segura y sólo el 45% cuenta con un servicio de saneamiento seguro.
Fundación AQUAE, comprometida con el desarrollo sostenible y el cumplimiento de los ODS, ha realizado esta comparativa España-Mundo para valorar los progresos realizados en el cumplimiento del Objetivo 6, recordar los aspectos en los que gobiernos y empresas deben seguir trabajando y promover la concienciación social de cara a un uso responsable de un recurso finito como es el agua.
En su balance, nuestro país, donde el 99% del agua es apta para el consumo y el 98% de la población está conectada a plantas de tratamiento de agua residual, cumple con los requisitos sanitarios establecidos, según datos del Banco Mundial, y está a tiempo de alcanzar el sexto objetivo de la Agenda 2030 que, tras cinco años desde su aprobación, se ha convertido en el principal marco de referencia para canalizar acciones de sostenibilidad.
Sin embargo, cubrir la brecha hídrica española, calificada de técnica, pero que afecta a personas reales, no solo exige sortear la crisis económica desatada por la COVID-19 para continuar con la política de inversiones en mantenimiento, renovación y construcción de nuevas infraestructuras. También requiere de mucho trabajo coordinado para revertir los efectos del cambio climático, que ha agravado el estrés hídrico –relación entre la cantidad de agua dulce extraída para realizar las actividades económicas e industriales y la cantidad de agua dulce existente total– y pone en peligro el acceso universal al agua por falta de recurso. Respecto al uso del agua en España destaca principalmente el sector agrícola, que emplea el 70% de los recursos hídricos, seguido del sector industrial, con un 20% y, por último, el sector urbano con un uso del 10%.
En concreto, dice la ONU, en España el estrés hídrico ha provocado que el 9% de los ecosistemas vinculados al agua haya sufrido cambios significativos en los últimos años debido a los efectos de la crisis climática, que está agravando la escasez de agua en nuestro país. La situación empeora a nivel mundial; la escasez de agua potable afecta a casi el 30% de la población y el estrés hídrico se sitúa en un 17%, con zonas de Asia y África en las que llega a alcanzar el 70%. Y el Instituto de Recursos Mundiales estima que una tercera parte del planeta gasta de media más del 40% de las existencias disponibles de agua, lo que amenaza la disponibilidad de un recurso imprescindible para la vida como es el agua.
La pandemia de la COVID-19 no ha hecho más que agravar esta situación. El virus ha evidenciado que la higiene es vital para prevenir enfermedades. La escasez de agua limpia afecta principalmente a aquellas regiones más desfavorecidas y con menos recursos lo que provoca una mayor vulnerabilidad frente al virus. Así, por ejemplo, en el África subsahariana, el 75% de los habitantes (767 millones de personas) carece de instalaciones básicas para lavarse las manos, seguida de Asia central y meridional con el 42% (807 millones de personas), y de África septentrional y Asia occidental con el 23% (116 millones de personas).
El fuerte impacto de la COVID-19 en las comunidades indígenas, ha llevado a Aquae ya UNICEF a ampliar el tiempo de su proyecto “ Agua para la Amazonía Peruana ” con el fin de garantizar las condiciones de higiene adecuadas que frenen los contagios en esta zona .
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