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Para 2021, se prevé que la basura tecnológica supere su propio récord y ascienda de los 44,7 millones de toneladas de 2016 hasta los 52,2 millones, según recoge el informe Observatorio mundial de los residuos electrónicos publicado el pasado año. Centrándonos en los smartphones, la vida útil de estos dispositivos suele ser de 2 años, por lo que a lo largo de nuestra vida, cada persona, gastará más de una tonelada de recursos naturales del planeta para poder disponer de estos teléfonos inteligentes. No sólo se trata de la basura que generamos sino, también, el gasto de materias primas que supone producir dicha tecnología.

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Desde Certideal, startup dedicada a la venta de dispositivos tecnológicos reacondicionados y de segunda mano, califican estas cifras y tendencias de “alarmantes, pues no sólo cada vez generamos más basura tecnológica sino que, además, el porcentaje de reciclaje es muy pequeño. De hecho, en 2016, solo se recicló el 20% de la basura generada”.

Se estima que la vida media de un móvil son dos años y, según el informe La cara oculta de la sociedad de la información: el impacto medioambiental de la producción, el consumo y los residuos tecnológicos, para producir un móvil de 80 gramos de peso se consumen 44,4 kilogramos de recursos naturales. Teniendo esto en cuenta y, según cálculos de Certideal, en 50 años, una persona que cambie cada dos años de móvil habrá gastado más de una tonelada de recursos para tener dispositivos de última generación.

Más concretamente, en medio siglo, cada español podría llegar a consumir 1.110 kilos de recursos naturales del planeta destinados a la producción de sus smartphones. “Una cifra que, posiblemente, se quede corta pues hoy en día los teléfonos inteligentes suelen pesar más, entre 100 y 200 gramos”, detalla Laure Cohen, co fundadora de Certideal.

En la fabricación de estos dispositivos se consumen materias primas, se genera un impacto negativo en la naturaleza por el proceso de extracción de materiales y se gastan recursos como agua y energía. “Un daño que muchas veces es invisible para los consumidores y que es necesario que se muestre para concienciarnos sobre lo que supone producir dichos terminales”, señala Cohen.

Desde la compañía, destacan cómo la adquisición de productos reacondicionados y de segunda mano está creciendo lo que permite reducir la demanda de dispositivos de última tecnología y, por tanto, el impacto de su producción. “Dar una nueva vida a terminales que podrían convertirse en basura electrónica permite luchar no sólo contra los desperdicios tecnológicos futuros sino, también, contra la explotación sin control de los recursos naturales”, finalizan desde Certideal.

 

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