La ambientóloga Esther Vallado fue la impulsora de los primeros encuentros Green Drinks en Gijón allá por el 2008, cuando acababa de regresar a Asturias tras cinco años trabajando en el extranjero. "Es una buena manera de conocer a gente con los mismos intereses", explica la gijonesa Vallado, que además es activista y emprendedora medioambiental. El movimiento Green Drinks surgió en Londres por el 1989, y planteaba encuentros informales con otras personas que trabajan o que están interesadas en preservar el medio ambiente. Estos encuentros se celebran en centenares de ciudades de 70 países, y abren nueva etapa en Gijón.
Vallado venía de trabajar en Bruselas, en la ONG Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. "Buscando vida social di con estos encuentros, que se celebraban cada mes con una cena a la que asistían muchas personas que trabajaban en temas de conservación de la naturaleza en diferentes organizaciones o a nivel particular. Cuando volví a Gijón, tuve que volver a empezar porque además de haber estado trabajando fuera había estudiado en León. Tenía que volver a crear tejido social", recuerda. Lo primero que hizo fue comprobar si se celebraba algún Green Drinks y no lo había en ningún lugar de España". Se puso en contacto con los creadores del movimiento a nivel internacional y decidió organizar un encuentro. "No tenía contactos, pero por lo menos vendrían mis padres", dice.
"Estaba esperando si lo hacía con un grupo pequeño cuando un día me encuentro a una chica, Yolanda del Valle, que tenía contactos y que estaba interesada en lo mismo", indica, "en el mismo tiempo coincidimos las dos". El primer encuentro se celebró el 24 de abril de 2008 en un local de la calle Marqués de San Esteban y, a partir de entonces, Vallado tomó las riendas para seguir organizándolos durante tres años más. "Se celebraban cada tres meses, hubo ocasiones en las que nos llegamos a juntar medio centenar de personas y empezó a venir gente de otras comunidades autónomas por otras razones", recuerda, en referencia por ejemplo a un congreso nacional de partidos verdes que se hizo coincidir con un Green Drinks. "Al volver a sus comunidades autónomas empezaron a mover grupos en ellas y, en uno o dos años, salieron Green Drinks en España como setas. Fuimos los pioneros", explica. En Madrid, por ejemplo, se siguen organizando cada mes.
En 2011 se celebró el último en Gijón hasta que volvieron a recuperarse el año pasado. "Cada vez que me veían me decían que volviera a organizarlos y, al final, me lié y lo volví a hacer. En enero de 2016 se celebró el primero después de cinco años y fue un éxito. Viene gente que puede aportar visiones diferentes, con muchos recursos y es una fuente de información de lo que se mueve en Asturias. Yo conseguí trabajo gracias al Green Drinks, otras personas encontraron compañeros o socios en proyectos y salieron parejas. Se generan muchas ideas. Es un encuentro muy multidisciplinar, en el que participan personas de diferentes campos y con un interés común. Funciona como un brain storming y te permite idear proyectos que solo no podrías sacar adelante", explica Vallado, que en la actualidad está trabajando en Praga, en la ONG International Young Naturefriends.
Por ello, las riendas de los Green Drinks asturianos las lleva ahora la presidenta de la Asociación de Ciencias Ambientales de Asturias (Acastur), Paula Baldó. El próximo Green Drinks se celebrará en febrero y, en esta nueva etapa, la idea es convocar los encuentros cada dos meses. "Ahora se le va a dar un giro para introducir más charlas, para que sirvan a la gente para establecer contactos y conocer temas sobre el medio ambiente", explica Vallado, que precisamente en 2011 creó la asociación Biodiversa, una ONG cuyo objetivo es conservar la naturaleza y el medio ambiente a través de la educación y la concienciación de las personas. Por ella fue reconocida como emprendedora destacada por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente ese mismo año.
"Siempre tuve en la cabeza montar algo propio que me permitiera trabajar en Asturias en temas de conservación de la naturaleza. Juntar mis pasiones y mis cualidades", explica Vallado, que estudió Ciencias Ambientales y también es técnico en gestión forestal y del medio natural. "Antes de montar algo", advierte, "tienes que tener una experiencia previa". En su caso, además de en una ONG internacional, había trabajado en el sector privado en Holanda y también en el ámbito político al ser asesora de Los Verdes en Asturias, además de ser voluntaria en diversas asociaciones de defensa de la naturaleza. Además, también participó como delegada de Amigos de la Tierra en dos conferencias sobre el cambio climático de Naciones Unidas, representando a la juventud europea. "Con lo que más me identificaba era con el mundo de las ONGs. Te mueve la motivación y las ganas de mejorar el mundo", indica. Pese a que ahora está inmersa en su trabajo en Praga, en donde lleva unos meses, "cuando vuelva a España voy diversificar más lo que hacía en la asociación".
Entre otros proyectos, con Biodiversa puso en marcha cursos de formación de educación ambiental como Ruralízate, "que tuvo mucho éxito y que consistió en poner en contacto con el mundo rural a gente de ciudad que quería dar ese paso", o Connecting with nature (conectar con la naturaleza), con el que se creó una metodología de conexión con la naturaleza. "Estoy convencida de que el origen de la mayoría de los males de la sociedad es que hemos perdido la conexión con la naturaleza. Si la gente vuelve a sentirse parte de ella, dejaríamos de hacerle daño y nos cuidaríamos más como individuos", asegura Vallado.
Fuente: modificado de La Voz de Asturias.