Alumnos del Grado en Ciencias Ambientales de la EPS del campus universitario de Huesca han participado en un proyecto pionero de reforestación en un bosque de Teruel afectado por un grave incendio hace una década. Se trata de un experiencia de restauración ecológica integral creando un bosque adaptado a los desafíos del cambio climático realizado por el grupo de investigación de Restauración Ecológica del mismo centro, en el cual los futuros ambientólogos realizar sus trabajos de fin de grado.
Este proyecto constituye la primera experiencia de restauración ecológica integral, con una densidad de árboles menor, especies más adaptadas al cambio climático que permitan seguir recargando los acuíferos y los ríos, el uso del ganado como recurso para la gestión del monte y que, al mismo tiempo dé servicio a la comunidad.
"No es una mera plantación forestal: es original, porque estamos creando un bosque adaptado a los retos del siglo XXI"
José Manuel Nicolau, responsable del equipo de investigación de la Escuela
Todo surgió a través de un proceso participativo iniciado en 2012 que permitió consensuar una propuesta de trabajo para reducir los impactos que el fuego causó en varias comarcas turolenses. Tras este proceso, se diseñó un plan director en el que participaron distintos expertos, entre ellos el equipo de investigación oscense, el cual se ha encargado de la dirección científica del proyecto y del seguimiento de las distintas actuaciones que se van haciendo y de la evaluación de las mismas. "Se van haciendo distintas plantaciones y vamos viendo la supervivencia año a año", detalla Nicolau.
Al frente de este equipo está este profesor de la Escuela, junto con Ramón Reiné, también docente del centro, y ha contado con la participación de otros integrantes del centro, como Juan Herrero, y siete alumnos del grado de Ciencias Ambientales, que realizaron sus trabajos de fin de grado a partir de este proyecto. No obstante, en el grupo de investigación del Gobierno de Aragón participan también personas del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD-CSIC).
No es la primera ocasión que este equipo trabaja en tierras turolenses, ya que estos investigadores están especializados en la restauración de espacios degradados, entre ellos, los de antiguas explotaciones mineras, donde trabajan para la reconstrucción de un bosque o un paisaje. En este caso, matiza Nicolau, se trataba de una zona incendiada que superaba las 7.000 hectáreas.
Tras esta primera fase del proyecto, que ha contado con la financiación de Coca Cola -que tiene un manantial y empresa embotelladora en la zona- y Ecodes, el Gobierno de Aragón seguirá apoyando la labor de estos investigadores, al tiempo que se sigue buscando la inversión de otras empresas. Es un proyecto de referencia para el Gobierno de Aragón -señala Nicolau-, que lo tomará como referencia para el servicio de gestión forestal que aplicará esta forma de actuar en otros sitios.
Hasta ahora, tras las primeras evaluaciones, han comprobado cómo el 70 por ciento de la plantación está siendo un éxito. "Estamos dando un uso ganadero, fomentando una actividad económica y estamos favoreciendo en otras zonas la recuperación natural y espontánea", explica este investigador, algo que afecta a las encinas y algunos tipos de pinos. Al final, aclara, "el bosque se recuperará plantándolo nosotros, pero la propia naturaleza tiene la capacidad de recuperación".
Fuente: texto e imagen de Diario del Alto Aragón