Tony’s Chocolonely ha aterrizado en España y lo hace de la mano de Fairtrade Ibérica. Esta compañía holandesa tiene como misión conseguir conjuntamente que el chocolate 100% libre de esclavitud sea la norma en la industria del chocolate. Este objetivo les ha llevado a ser una referencia a nivel internacional por elaborar chocolate que respeta al 100% los derechos de los productores de cacao, y ahora llega a nuestro país con el sello líder que certifica productos de Comercio Justo.
La gama inicial con la que conquistarán a los paladares de los consumidores españoles se compone de las principales referencias a nivel mundial de la marca: Chocolate con Leche, Chocolate con leche-caramelo y sal marina, Chocolate Negro con Almendras y Chocolate Pretzel&Toffee.
Con la llegada de esta popular marca de chocolate a los comercios, supermercados y grandes superficies de distribución españolas, Tony’s Chocolonely incrementa su presencia mundial a 22 países, habiendo crecido sus ventas por encima del 600% desde 2014 gracias, principalmente, al efecto boca a boca de los consumidores, cada vez más concienciados y comprometidos con un comercio justo que mejore el desarrollo social, económico y ambiental.
En la actualidad, el cacao se ha constituido como el ‘producto estrella’ del Comercio Justo en nuestro país. Concretamente, las ventas de cacao en España certificadas con sello Fairtrade superaron en 2020 los 94,5 millones de euros, un 10% más que el año anterior, y representan el 65% de las ventas con el sello líder de certificación de Comercio Justo. Además, el volumen de cacao certificado por Fairtrade en España ha experimentado un incremento acumulado del 758% desde 2015, y la previsión es continuar creciendo en los próximos años con la incorporación de nuevas marcas y productos como los de Tony’s Chocolonely. Las cifras, en definitiva, demuestran que la sociedad se compromete con productos sostenibles, de excelente calidad y que respetan los derechos humanos.
Fairtrade lidera el trabajo a favor de los productores de cacao a nivel global a través de dos estándares económicos importantes: el primero, asegurando un precio mínimo, por debajo del cual no se puede comprar ni vender el cacao; y el segundo, la ‘Prima Fairtrade’, una suma de dinero adicional pagada además del precio de venta a los porductores, que los agricultores o trabajadores invierten en proyectos de su elección y que deciden democráticamente cómo gastarla para alcanzar sus objetivos.
La historia de Tony’s Chocolonely comenzó en 2005 cuando el periodista neerlandés Teun van de Keuken, mientras investigaba sobre las condiciones humanas y laborales de los productores de cacao en las cadenas de suministro para un conocido programa televisivo de los Países Bajos, se sorprendió al descubrir que gran parte del chocolate que se vende en los supermercados está hecho por personas que no trabajan en las condiciones adecuadas, habiendo a menudo incluso muchos niños. Esto le pareció que era totalmente inaceptable y, cuando intentó hablar de la situación con los fabricantes de chocolate, muchos se negaron, así que decidió hacer algo para tratar de dar la vuelta a esta situación.
Van de Keuken decidió hacer sus propias tabletas de chocolate sostenible, con una presentación en forma de onzas de diferente tamaño para denunciar, precisamente, la desigualdad que existe en la industria del chocolate, “una sabrosa manera de recordar a nuestros amigos del chocolate que las ganancias en la industria del chocolate están divididas injustamente”, afirma. Además, el nombre de la marca Tony's Chocolonely tiene su origen, precisamente, en lo solo que se sintió su fundador para reivindicar los derechos humanos y laborales de los productores de cacao en la industria del chocolate.
Tony’s Chocolonely adquiere cacao directamente a cooperativas de productores de África Occidental, concretamente de Ghana y Costa de Marfil, certificadas por Fairtrade, para producir sus gamas de productos. Este es uno de los principales motivos por los que la popular marca de chocolate sostenible cuenta con la certificación Fairtrade, que en la práctica se traduce en alimentos, agua potable, justicia climática, atención médica, educación, igualdad de género y seguridad alimentaria para sus productores y sus familias.