Grupos de voluntarios utilizaron la aplicación móvil Marine LitterWatch de la AEMA para recabar datos sobre la basura encontrada en las playas europeas. A partir de los casi 700.000 artículos hallados en 1.627 actividades de limpieza de playas a lo largo de los cuatro mares regionales de Europa, se detectó que la basura más común se compone de colillas y filtros de cigarro.

La clave para abordar el problema de los plásticos en nuestros mares es entender en qué consiste exactamente y de dónde procede. La Agencia Europea de Medio Ambiente ha desarrollado una aplicación móvil (Marine LitterWatch) que permite a los usuarios registrar la basura marina encontrada en las playas. Con arreglo a la Directiva marco sobre la estrategia marina de la UE, los Estados miembros han de formular estrategias para reducir los niveles de plásticos en el mar hasta alcanzarse un nivel que no cause daño alguno. La recogida de estos datos sobre basura marina contribuye a una mejor comprensión del problema, lo que puede ayudar a la UE y a sus Estados miembros a abordar el problema de la manera más eficaz.

Aunque podemos contabilizar y, hasta cierto punto, recoger la basura de nuestras playas, existe otra parte del problema de la contaminación por plásticos que es aún más difícil de limpiar. Con el tiempo y la exposición a la luz solar, los desechos de plástico se fragmentan en pedazos cada vez más pequeños. Los microplásticos y los nanoplásticos son el resultado de esta fragmentación constante y, en algunos casos, se añaden intencionadamente a los cosméticos u otros productos, lo que representa una ruta directa a las masas de agua a través del sistema de alcantarillado. Las plantas avanzadas de tratamiento de aguas residuales pueden filtrar más del 90 % de estas partículas, pero esto no las hace desaparecer. Los lodos restantes se distribuyen a menudo sobre el terreno. Incluso estas partículas pueden terminar en las masas de agua en caso de inundaciones repentinas o de fuertes precipitaciones.

Estas partículas más pequeñas apenas son visibles para el ojo humano y aún no se conoce bien su repercusión en la naturaleza y en nuestra salud. Preocupa asimismo que muchos plásticos sean altamente absorbentes y atraigan otros contaminantes, como metales pesados, sustancias químicas que alteran la función endocrina y contaminantes orgánicos persistentes. Estas sustancias pueden tener una amplia gama de efectos perjudiciales para los animales y los seres humanos, como defectos congénitos, trastornos del desarrollo cognitivo, problemas de fertilidad y cáncer.

Como se constató en el informe de la AEMA State of Europe’s seas, las concentraciones de contaminantes en partículas de microplástico pueden ser miles de veces mayores que en el agua de mar ambiental y exponer la vida marina a sustancias químicas nocivas. De este modo, los microplásticos y los productos químicos que transportan también terminarán en el plato de las personas y en sus conductos digestivos. Habida cuenta de los nuevos conocimientos, resulta cada vez más evidente que deberíamos concebir los plásticos como un tipo de contaminante desde el momento de su fabricación y evitar que los productos y los residuos plásticos se filtren al medio ambiente.

Para ayudar a abordar el problema de los plásticos, a principios de 2018 la Unión Europea propuso la Estrategia europea para el plástico en una economía circular. La estrategia pretende «transformar la forma en que se diseñan, producen, utilizan y reciclan los productos en la UE». Hacer que el reciclaje sea más rentable y frenar los residuos plásticos, sobre todo los generados por los productos de un solo uso, forman parte de las iniciativas clave de la estrategia. La Comisión Europea también ha pedido a la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos que examine si deben restringirse o prohibirse los microplásticos añadidos a cosméticos, geles de baño y pinturas para evitar daños medioambientales. En el marco de la estrategia de la UE en materia de plásticos, la Comisión Europea también ha propuesto nuevas normas dirigidas a los diez principales productos plásticos de uso único que se encuentran en las playas y en los mares de Europa, así como a los artes de pesca perdidos y abandonados.

 

Fuente y más información: Agencia Europea de Medio Ambiente