El invernadero de la Facultad de Ciencias de Ourense está casi listo para su reapertura a falta de los últimos detalles y la instalación de los equipos. La reforma integral de esta infraestructura era uno de los proyectos pendientes en el campus universitario y, tras más de un lustro cerrada, pronto volverá a ser escenario de trabajos de investigación y prácticas formativas en sus mesas de cultivo. La recuperación de esta infraestructura supone un plus para los estudios que ofrece el centro orensano, donde se imparte, entre otros grados y máster, el de Ciencias Ambientales.
El proyecto se adjudicó por 109.000 euros y se encuentra en la fase final de ejecución, si bien todavía se desconoce la fecha de su puesta en funcionamiento. Entre otras novedades técnicas, el nuevo invernadero contará con cinco mesas de trabajo y un recinto separado para un sistema de cultivo hidropónico. Además, será un invernadero eficiente ya que se reduce la superficie de la nave de cultivo aproximadamente a la mitad reduciendo los gastos de climatización e iluminación.
Tal y como recoge la memoria del proyecto, el invernadero tipo capilla presenta una cubierta de cristal desarrollada específicamente para las condiciones más exigentes y especiales, muy resistente al viento y a la carga de cultivo, por lo que ofrece una gran capacidad aislante y mayor estabilidad térmica.
La recuperación de esta infraestructura supone un plus para los estudios que ofrece la Facultad de Ciencias, donde se imparten los grados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ciencias Ambientales e Ingeniería Agraria, además de dos títulos de máster y dos programas de doctorado, y será de gran utilidad para la docencia en materias como las de Hortofruticultura y Jardinería.
La idea del centro es potenciar con este invernadero la experimentación científica y una modalidad de formación práctica que, desde su cierre no se realizaba, centrándose en el trabajo de laboratorio o salidas de campo. Grupos de investigación en las áreas de Botánica y Química Agrícola podrán beneficiarse especialmente de este espacio.
Entre otras funciones, el invernadero permitirá fortalecer la investigación y la experimentación sobre la valorización de residuos como sustratos de cultivo, absorción de contaminantes y estudio de metabolitos de plaguicidas de nueva generación.
Asimismo, en la parte de la solera no destinada a cultivo se habilitarán estancias para preparación y acondicionamiento de material vegetal y sustratos de cultivo, un almacén de material de invernadero y de jardinería, la maquinaria del sistema de climatización y cámara de germinación.
Fuente: texto e imagen de Faro de Vigo