De los seis billones de cigarrillos que se calcula se fuman en todo el mundo, 4,5 acaban depositados en entornos naturales, según un estudio realizado el año pasado por Libera, el proyecto impulsado por la ONG ambiental SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. El viento y la lluvia desplazan los residuos, compuestos sobre todo por los filtros, hasta los océanos y los expertos apuntan que elementos como las colillas son, incluso, mucho más contaminantes y peligrosos que las pajitas, uno de los productos fabricados con plástico que estará prohibido vender en la UE a partir de 2021.
Pese a que estos filtros fueron introducidos inicialmente con la intención de reducir el riesgo para la salud de los fumadores, están fabricados con acetato de celulosa, un componente derivado del petróleo y pueden tardar más de una década en descomponerse. Además, las colillas contienen sustancias como cadmio, arsénico, alquitrán o tolueno, que alteran la calidad del agua (cada una de ellas puede llegar a contaminar hasta 10 litros de agua salada y hasta 50 de dulce) y amenazan la vida de aves y especies marinas.
Un grupo de investigadores, pertenecientes en su mayoría a la Universidad de Extremadura, analiza desde hace varios años la posibilidad de aprovechar los filtros usados de los cigarrillos como absorbente acústico. Concretamente, el equipo de investigación que dirige el profesor Valentín Gómez Escobar, del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Extremadura presentará algunos de los avances logrados sobre el reciclaje de filtros usados de cigarrillos como materiales acústicos en el congreso internacional World Congress on Recycling (WCR 2019), celebrado este lunes y martes en Valencia.
La línea de investigación del profesor Gómez Escobar cuenta con el apoyo de Altadis, tras el acuerdo firmado entre la empresa fabricante de Fortuna y Ducados, perteneciente a Imperial Tobacco, y la Universidad de Extremadura. Este acuerdo contribuyó a la adquisición del equipamiento necesario para la caracterización acústica de las muestras. Sólo en España se desechan cada año 32.445 millones de colillas. Dentro de su estrategia, Altadis busca disminuir el impacto en el medio ambiente reduciendo la cantidad de residuos, reciclando y reutilizando materiales, al tiempo que trata de concienciar a los fumadores sobre la necesidad de depositar las colillas en lugares adecuados.
Los resultados obtenidos hasta ahora por el equipo multidisciplinar de investigadores, integrado por doctores de diversas áreas (acústica, química, tratamiento de imágenes y matemáticas), muestran absorciones muy elevadas, comparables o superiores a otros materiales muy utilizados como la lana de roca o la fibra de vidrio. Los absorbentes procedentes de los cigarrillos se utilizan para el acondicionamiento de locales, por ejemplo para que en su interior se escuche bien el sonido, y como complemento en soluciones constructivas de aislamiento acústico.
Este grupo de investigación tiene previsto profundizar en los próximos meses en varias líneas de trabajo, entre ellas la influencia del tratamiento previo de las muestras, incluido el de su limpieza química.
Fuente: Expansión