Leemos en The Conversation un interesante artículo sobre los desastres del Ebro y del Mar Menor.

El temporal Gloria fue responsable de la inundación del delta del Ebro, el mar penetró más de tres kilómetros tierra adentro.Pocos meses antes, tuvo lugar en el Mar Menor otro desastre medioambiental, esta vez asociado al fenómeno DANA (depresión aislada en niveles altos).

El mar menor antes y después del temporal DANA. Imagen del satélite Sentinel del programa Copernicus.

Los temporales han actuado como desencadenantes o amplificadores de los impactos provocados por la actividad del hombre, generando graves daños económicos y medioambientales.

Inundación del delta del Ebro

Desde hace ya varias décadas existen estudios que ponen de manifiesto la regresión del delta del Ebro. El fenómeno es consecuencia de la interceptación de sedimentos fluviales –más del 95 % de lo que debería de llegar a la desembocadura del río– a lo largo del sistema de embalses de la cuenca hidrográfica del río.

Además hay que añadir las alteraciones causadas en el delta por el uso que se hace de su superficie (fundamentalmente ocupada por cultivos) y la notable reducción de agua dulce que recibe. Así, las alteraciones en el medio derivadas de la actividad humana han incrementado la recurrencia e intensidad de los efectos catastróficos de los fenómenos naturales.

La regresión del delta causada por el hombre potencia los efectos de la subida del nivel del mar, ya sea temporal y relacionada con los eventos extremos o sea más progresiva y asociada al calentamiento global.

La biodiversidad del Mar Menor

La alta intensidad de la precipitación ocasionada por DANA durante 2019 dio lugar a una elevada remoción de materiales de los suelos por escorrentía superficial. El lavado produjo la liberación de grandes cantidades de fertilizantes (nitratos, fosfatos, etc.), además de la carga sólida y de contaminantes como metales pesados procedentes de terrenos mineros.

Estas circunstancias causaron la muerte masiva de miles de peces por anoxia, provocada por la elevada eutrofización de unas aguas que ya de por sí estaban eutrofizadas.

DANA actuó acelerando e intensificando los efectos negativos que la actividad humana está provocando en la cuenca hidrográfica y en el entorno más próximo del Mar Menor. Los fertilizantes utilizados en la agricultura intensiva, la sobreexplotación de los acuíferos, del desarrollo urbanístico y la instalación de plantas desaladoras ilegales ya estaban causando estragos en la albufera.

Hacia el futuro 

Se deberían reducir las perturbaciones en la medida de lo posible y evaluar los impactos que pueden tener proyectados a una mayor extensión de terreno y a un tiempo futuro, para gestionar correctamente los recursos. Se debería reconsiderar algunas de las soluciones correctoras propuestas para el delta del Ebro y el Mar Menor que incluyen, precisamente, nuevas alteraciones de las condiciones naturales del entorno.

 

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