La Fundación Daniel y Nina Carasso ha presentado su Memoria de Actividades 2020 en la que recoge las respuestas que ofreció, a lo largo del año pasado, ante las profundas raíces de la crisis social y sanitaria. En un entorno cambiante y un periodo marcado por la pandemia, la Fundación destinó más de 13 millones de euros en ayudas, que se han distribuido a proyectos en España y Francia a través de sus dos líneas de acción: Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano .
“ La crisis ha puesto de relieve dos temporalidades de actuación: la necesidad de actuar con rapidez para dar respuesta a los problemas urgentes sobrevenidos, pero también la necesidad de pensar a largo plazo para construir un futuro más sostenible e inclusivo ”, afirma Isabelle Le Galo , directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso. Desde esta lógica, la Fundación otorgó rápidamente 1,6 millones de euros en su Plan de Emergencia y Solidaridad para apoyar proyectos comprometidos con la ayuda a las personas más vulnerables. "Al mismo tiempo, la Fundación también ha asumido compromisos ecológicos a través de su cartera de inversión pero también con la firma del Pacto por el Clima, impulsando las buenas prácticas en el sector filantrópico. Ahora es necesario tomar el camino de la resiliencia, para fomentar una transformación social y ecológica a nivel mundial ” .
La magnitud de la crisis que atravesamos escapada de los ámbitos sanitarios, económico y social: revela nuestras fragilidades presentes y futuras, y conlleva más que una necesidad de cambio, una oportunidad de crecimiento. Pero también nos ha enseñado que una alimentación sostenible, democrática, solidaria y agroecológica constituye un modelo posible de futuro para los pueblos y el planeta; así como que la cultura y el arte se revelan fundamentales en situaciones de aislamiento, peligro y desesperanza.
En este contexto, la Fundación —que lleva diez años trabajando por una transformación ecológica, inclusiva y plena de nuestras sociedades—, ha contribuido a dar soluciones a corto plazo en los momentos más difíciles, así como —mediante la financiación de proyectos y el acompañamiento - un asentar las bases para una reconstrucción necesaria a largo plazo.
Asimismo, en 2020 la Fundación continuó apostando por un mundo más sostenible a través de su estrategia de inversión de impacto y socialmente responsable, en línea con su misión social y permitiendo el financiamiento de emprendimientos que proponen soluciones innovadoras a los desafíos ecológicos contemporáneos:
- 48 millones de euros ya comprometidos para inversiones de impacto, un 61% más que en 2019
- 32% menos de huella de carbono en comparación con los índices de referencia y 0 euros invertidos en combustibles fósiles
- Un aumento del 22,64% en el rendimiento total en comparación con 2015 y del 4,19% desde 2019
Con la firma del Pacto por el Clima impulsado junto a la Asociación Española de Fundaciones y la creación de la Coalición Francesa de Fundaciones por el Clima , la Fundación Daniel y Nina Carasso afirma su compromiso para promover las buenas prácticas medioambientales en el sector filantrópico y la adopción de medidas estructurales basadas en cinco ámbitos:
- La investigación, la sensibilización, la formación y la difusión del conocimiento sobre las emergencias relacionadas con el cambio climático.
- La inclusión de la emergencia climática en su funcionamiento como organización.
- La integración de la emergencia climática en sus programas, con especial atención al acompañamiento de sus beneficiarios en relación a estas problemáticas.
- La consideración de esta emergencia en sus inversiones.
- El seguimiento y la publicación de informes sobre los avances realizados en estas cuestiones, así como un compromiso real a largo plazo.
Por un acceso universal a una alimentación saludable, respetuosa con las personas y los ecosistemas
A través de la línea de Alimentación Sostenible, la Fundación ha continuado impulsando y apoyando iniciativas de interés general que promueven la agroecología y la producción de alimentos saludables para las personas y el planeta. En 2020, ha distribuido 1,7 millones de euros en España y 5,3 millones de euros en Francia entre más de un centenar de iniciativas de alimentación sostenible.
En España, la Fundación ha impulsado de forma definitiva la investigación en alimentación sostenible, consciente de la importancia de la generación de conocimientos y soluciones innovadoras para acelerar la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles, saludables y respetuosos con las personas y los ecosistemas. Este es el caso del lanzamiento de la convocatoria para la Daniel Carasso Fellowship, un programa de investigación en alimentación sostenible, o la creación del think tank Alimentta, formado por profesionales de diferentes disciplinas relacionadas con la alimentación para difundir conocimientos que contribuyen al desarrollo de modelos alimentarios basados en criterios socioambientales y de salud, así como el diseño de políticas públicas que favorezcan la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles en España.
Igualmente, y frente al gran reto que presenta para el sector de la agricultura ecológica el relevo generacional, la Fundación ha acompañado la creación y consolidación de la Red de Espacios Test Agrarios (RETA), un proyecto coordinado por la Asociación Catalana de Centros de Desarrollo Rural (ARCA) que impulsa programas de formación y acompañamiento a personas que quieran incorporarse a la actividad agraria a través de diferentes acciones, desde el acceso a fincas de cultivo al asesoramiento junto a expertos en la producción agroecológica, la comercialización o distribución de los productos .
A través de diferentes convocatorias y la creación de programas específicos para la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, la Fundación también ha acompañado en Francia un total de 82 iniciativas, distribuidas por todo el territorio galo, que utilizan a la generalización de modelos alimentarios sostenibles desde la producción al consumo.
Por un arte comprometido, pilar de ciudadanía y agente de cambio
Consciente del papel catalizador del arte como creador de imaginarios y vínculos sociales, la Fundación Daniel y Nina Carasso ha acompañado en 2020, a través de su línea de Arte Ciudadano, a agentes de la educación artística y la mediación cultural, iniciativas colaborativas que exploran las posibilidades de hibridación entre el arte y la ciencia y ha reconocido el trabajo de artistas tanto en España como en Francia que muestra un compromiso ciudadano a través de su práctica artística con el lanzamiento del Premio Artista comprometido. A lo largo de 2020, la Fundación otorgó 1,8 millones de euros en España y 3,3 millones de euros en Francia a más de noventa proyectos de Arte Ciudadano.
Con el fin de hacer frente a las dificultades y necesidades más urgentes del sector cultural, durante los primeros meses de la pandemia la Fundación Daniel y Nina Carasso activó un Plan de Emergencia y Solidaridad las acciones han perseguido un doble objetivo: por un lado, apoyar a proyectos y entidades colaboradoras de la Fundación que se vieron afectados duramente por la paralización de las actividades, como The Cross Border Project o Soundcool, y, por otro, poner a la Fundación al servicio de quienes acompañaron de manera directa a las personas más vulnerables en los momentos más duros, como Senda de Cuidados o el Sindicato Mantero de Barcelona.
En septiembre de 2020, la Red de Arte y Escuela PLANEA que impulsa la Fundación Daniel y Nina Carasso cumplió un año desde su puesta en marcha. En ese primer curso escolar la red se ha consolidado como una herramienta útil para incorporar el arte a la esfera educativa a través del trabajo de los mediadores y la colaboración de las consejerías de educación de Andalucía, Madrid y Valencia. La situación vivida en la educación pública como consecuencia de la pandemia, ha demostrado la ductilidad de la red y su capacidad de adaptación impulsando un Centro de Recursos para el profesorado y la realización de formaciones en línea.
En Francia, por otro lado, la Fundación ha distribuido un total de 3,3 millones de euros entre 56 iniciativas, entre las que destacan la renovación del compromiso con la Chaire arts & sciences , una apuesta para reforzar los vínculos entre la creación artística, la investigación científica y la ciudadanía, o el programa de residencias artísticas impulsado junto a la Citè internationale des arts y destinado a ayudar a los artistas afectados por la crisis.