El pasado mes de junio de 2021 se publicó el fallo del jurado de la  IV EDICIÓN DE LOS PREMIOS COLEGIO DE AMBIENTÓLOGOS COMUNITAT VALENCIANA A LOS MEJORES TRABAJOS DE FIN DE GRADO Y FIN DE MASTER.

Alba Camacho Santamans, ambientóloga de la Universitat de València fue la premiada por su trabajo fin de Grado titulado La gestión adaptativa de los humedales mediterráneos como herramienta para mitigar el cambio climático.

Este trabajo se realizó trabajando en ecosistemas leníticos, concretamente en sistemas lagunares, localizados en la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda, situada en el centro de la Península Ibérica, que presenta una gran concentración de lagunas de carácter estepario (Gosalvez et al., 2012). Las lagunas localizadas en esta reserva, en general, se caracterizan por ser endorreicas, temporales, poco profundas, y de pequeño o mediano tamaño, cuyos niveles de salinidad pueden llegar a ser muy altos, condicionando su ecología (Fornés et al., 2000). La gestión llevada a cabo en algunas de ellas ha alterado profundamente sus características naturales, en favor de ciertas demandas económicas y sociales (Camuñas et al., 2018), pero en detrimento de algunos de los servicios ecosistémicos como puede ser la mitigación climática, derivados de sus valores naturales.

Por este motivo, resulta necesario conocer la influencia de las distintas medidas de gestión en estos tipos de zonas húmedas, reguladas en los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y/o Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) sobre los servicios ecosistémicos, y más concretamente, sobre la capacidad mitigadora del cambio climático por parte de esas lagunas y humedales.

El objetivo general de este estudio fue valorar el papel de humedales mediterráneos sometidos a distintos escenarios de gestión en la mitigación del cambio climático. La hipótesis que se planteó fue que los cambios o alteraciones en el estado natural del ecosistema podrían afectar a la capacidad para actuar como sumideros de carbono y mitigadores de cambio climático que presentan estos ecosistemas cuando se encuentran en buen estado de conservación, y que dicha capacidad podría verse modificada en diversos escenarios de gestión.

Como conclusión, podemos decir que las medidas de gestión relacionadas con el manejo del agua muestran el papel fundamental que tiene el régimen hídrico, pues sus alteraciones provocarían una reducción de la capacidad mitigadora de las lagunas y una mayor contribución al calentamiento global, debido al aumento de las emisiones de GEI como el CO2 y el CH4. En todos los casos las recomendaciones van ligadas a la renaturalización de las lagunas, de naturaleza temporal y aguas someras salinas. Esta visión climática incluida en los planes de gestión permitiría valorar el papel de los ecosistemas leníticos como aliados en la lucha contra el cambio climático, al contribuir significativamente al secuestro de carbono atmosférico.

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