En el tradicional barrio del Ave María de Palencia se encuentra Casa Ceinos, una vivienda unifamiliar construida entre medianeras (linda con otras edificaciones) que ha hecho historia al ser la primera de este tipo a nivel mundial en obtener la certificación Passivhaus Plus, lo que garantiza además de su baja demanda energética, una mayor generación de energía in situ. Además, es también la primera construcción certificada que cumple con el estándar Passivhaus en la capital palentina.

Una casa pasiva o Passivhaus es un estándar de construcción que consigue reducir hasta en un 90% las necesidades de calefacción y refrigeración comparada con una edificación convencional. La poca energía suplementaria que pueda requerir puede cubrirse con facilidad a partir de energías renovables, convirtiéndose en una construcción con un coste energético muy bajo para el propietario y para el planeta”, explica Bruno Gutiérrez Cuevas, presidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP).

Además, la certificación Plus, una de las más exigentes, implica que la demanda de energía primaria renovable es menor a 45 kWh/m² al año, mientras que la generación de energía renovable es de al menos 60 kWh/m2.

Rodeada de típicas casas molineras, Casa Ceinos cuenta con 127 m2 construidos sobre una parcela de 150 m² y distribuidos en dos plantas. Es una casa bioclimática, ya que su diseño busca la forma óptima de aprovechar los elementos naturales del entorno, y sostenible, tanto por el ahorro energético que proporciona como por haber sido construida con materiales reciclados y reciclables. Ha sido diseñada por el estudio del arquitecto Sergio Torre, ubicado en la misma ciudad, y que está desarrollando reconocidas edificaciones Passivhaus por toda la geografía española.

Este proyecto pone a Palencia en el mapa de la más alta eficiencia energética constructiva a nivel mundial y demuestra que la región está a la cabeza en I+D+i”, asegura Torre, quien confiesa que el proceso ha sido largo y complejo, “como no puede ser de otra manera con una vivienda tan singular”.

Que esté entre medianeras implica que se encuentra flanqueada por otros edificios en todos sus linderos, menos al frente, que da a la calle. Una tipología de edificación muy común en los centros históricos o barrios tradicionales, donde se hace más complejo alcanzar una rehabilitación de alta eficiencia energética pero no imposible como demuestra esta certificación.

Al cumplir con el estándar Passivhaus, la casa proporciona un confort interior óptimo en cuanto a temperatura, humedad y ausencia de ruido. Para conseguirlo, se ha generado una envolvente con gran capacidad aislante y con una lámina de estanqueidad que actúa también de barrera ante las ondas electromagnéticas. La colocación de las carpinterías se ha cuidado al máximo para garantizar la hermeticidad. Cuenta con un sistema de ventilación de doble flujo con recuperación de calor y tratamiento de la humedad del aire, así como con una bomba de calor de alto rendimiento que extrae energía del aire exterior para el ACS y la climatización.

Este estándar no supone el uso de un tipo de producto o de estilo arquitectónico específicos sino la optimización de los recursos existentes a través de técnicas pasivas, como disminuir las necesidades de climatización, una orientación correcta de las ventanas o poner protecciones solares que impidan un sobrecalentamiento en verano”, explica Bruno Gutiérrez Cuevas.

Actualmente Castilla y León es la quinta comunidad autónoma con más metros cuadrados de superficie con certificación Passivhaus construida (7.734 m2), después de Aragón (52.752 m2), País Vasco (45.422 m2), Madrid (32.186 m2) y Valencia (10.490 m2). Una tendencia que va al alza en esta comunidad donde el propio estudio Sergio Torre Arquitecto tiene ya en marcha otros 15 proyectos Passivhaus repartidos entre las provincias de Palencia, Valladolid y León.

 

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