La península Ibérica es un territorio rico en diversidad de masas forestales con capacidad regenerativa y adaptativa para conseguir una recuperación verde. Las choperas se localizan, especialmente, en las cuencas del Duero, Ebro, Genil y en algunas riveras de Gerona, encontrándose 2/3 de la superficie de esta especie en Castilla y León. Se sitúan como una de las masas forestales más aprovechables y eficientes y cuentan con los más altos valores de absorción de CO2.
El rápido crecimiento de esta especie le hace idónea para maximizar la fijación de CO2 y ser clave en la mitigación del cambio climático, añadiendo que, por cada hectárea de chopos, se secuestran, aproximadamente, 11 toneladas de CO2 al año, o lo que es lo mismo, 165 toneladas de CO2 por hectárea en cada rotación de 15 años.
En una tendencia a la descarbonización de la industria en favor de una bioeconomía basada en productos naturales del bosque, los chopos ofrecen un potencial de desarrollo sostenible claro. Igualmente, en términos de fijación de población, se estima que se generan 2 puestos de trabajo por cada 2 hectáreas de chopo, de forma que su plantación y aprovechamiento contribuyen significativamente al reto demográfico creando un entorno socioeconómico estable, rentable y sostenible.
Cabe destacar que la industria de la construcción en madera crece al alza, demandando, cada vez, más madera con origen sostenible. El chopo cumple con estas exigencias, pero, también, tiene la ventaja competitiva de ser un material que puede aprovecharse en su totalidad, desde la madera en sí para elementos estructurales, para tableros contrachapados o bioenergía, terminando en el reciclado de los residuos y su carácter renovable, demostrando así la eficiencia de los recursos al emplear este material.
En este contexto, la certificación forestal PEFC juega un papel fundamental en la gestión sostenible de estos territorios forestales aplicando indicadores y exigentes requisitos que contemplan los aspectos ambientales, sociales y económicos, todos ellos necesarios para la recuperación verde. En España hay 12.409 ha de chopo que cuentan con el certificado de Gestión Forestal Sostenible PEFC y 15 empresas de primera y segunda transformación, como Garnica, Catenva o Jorge S.L., que tienen implantada la Cadena de Custodia PEFC, haciendo posible un tejido económico con garantías de sostenibilidad y trazabilidad hasta el consumidor final.
De esta manera, las choperas tienen un gran potencial de desarrollo que, si se gestionan de forma responsable preservando todos los servicios ecosistémicos que contemplan (de aprovisionamiento, sostenimiento y regulación), puede convertirlas en un sector estratégico.
Para impulsar la recuperación de las choperas se está llevando a cabo el proyecto LIFE Wood for Future en las alamedas de la Vega de Granada cuyo propósito es la mitigación del cambio climático a través de la gestión forestal sostenible de las choperas e impulsar la biodiversidad y el secuestro de carbono a largo plazo. Pretende promover un mercado de créditos de carbono basado en los bioproductos estructurales, así como el apoyo y acceso a los trámites burocráticos para su logro. Este proyecto será el motor para el posicionamiento de un sector que aún tiene mucho que ofrecer.
Por último, y en apoyo al desarrollo de las choperas, en especial a aquellas de las cuencas del Duero, PEFC España se une a la plataforma +CH2OPO ¡SÍ!, una agrupación de propietarios forestales, juntas vecinales, empresas y organizaciones que visibiliza los grandes beneficios ambientales de las choperas para mantener la actividad socioeconómica de este área hidrográfica y pone en valor esta especie forestal de altas cualidades para una industria eficiente y evitar el despoblamiento rural.