Según el último estudio encargado por el International Aluminium Institute (IAI) sobre la circularidad de tres materiales para envases de bebidas -aluminio, vidrio y plástico (PET)-, la lata de aluminio es el envase que más contribuye a la economía circular.
El estudio muestra que, en comparación con las latas de aluminio, una mayor proporción de botellas de vidrio y plástico acaban en vertederos al no recogerse. Además, las pérdidas en el sistema de reciclaje una vez recogidas son tres veces mayores para las botellas de plástico PET y de vidrio que para las latas de aluminio.
Bajo la supervisión del IAI, la consultora Eunomia Research and Consulting ha analizado los datos de cinco regiones: Brasil, China, Europa, Japón y Estados Unidos. El estudio observa las pérdidas por procesamiento al final de la vida útil de las latas de aluminio, las botellas de vidrio y de plástico (PET - tereftalato de polietileno), incluyendo la recogida, la clasificación, el reprocesamiento y procesamiento térmico, el reciclaje en circuito cerrado y el reciclaje en circuito abierto.
"A pesar de que ningún envase de bebidas ha alcanzado completamente su potencial de circularidad todavía, el aluminio supera al vidrio y al plástico (PET) en todas las etapas del sistema de gestión de residuos. En la actualidad, las latas de aluminio son el envase de bebidas más reciclado globalmente. Una vez estas son recogidas, las latas de aluminio tienen una tasa de eficiencia inigualable del 90% en los procesos de clasificación, reprocesamiento y refundición, en comparación con el vidrio (67%) y el PET (66%). En base a esto, el aluminio puede ser descrito como el material para la economía circular. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta el potencial de reducción de carbono del reciclaje”, señala Ramón Arratia, vicepresidente global de Asuntos Públicos de Ball Corporation.
Por su parte, Andrew Wood, Group Executive Strategy & Business Development de Alumina Limited destaca que "el número de latas de aluminio que se recoge al final de su vida útil es aproximadamente un 18% superior al de las botellas de PET y un 28% mayor al del vidrio. Una mayor proporción de PET y botellas de vidrio de un solo uso acaban en vertederos o en las vías fluviales porque no se recogen. En un mundo cada vez más descarbonizado, es probable que esto contribuya a aumentar la demanda tanto de aluminio reciclado como de aluminio primario".
La lata de aluminio fue producida en masa por primera vez por Coors Brewing Company en la década de 1950 para mejorar el sabor de la cerveza y proporcionar un recipiente más sostenible que las latas de acero. En este estudio podemos ver cómo los objetivos medioambientales de una investigación pionera de un nuevo producto, hace ya tantos años, siguen cumpliéndose en la actualidad.
Marlen Bertram, Directora de Escenarios y Pronósticos del IAI, afirma: "Con motivo de la celebración del 50 aniversario del Instituto este año, hemos reflexionado sobre la larga historia de nuestra organización en materia de recogida, análisis y elaboración de modelos de datos. El aluminio es uno de los materiales más reciclables del planeta y, dado el beneficio económico y ambiental del metal en la economía mundial, el IAI está trabajando para garantizar que los productos al final de su vida útil vuelvan al ciclo de reciclaje del aluminio. Comparar las tasas de reciclaje de diferentes materiales no tiene sentido si no se sabe cómo se mide y en qué productos se recicla. Este estudio es el primero de carácter público que analiza por completo el alcance del reciclaje y las pérdidas de tres envases de bebidas en distintas regiones. Al aumentar la precisión para identificar dónde se producen las principales pérdidas, el estudio podría aportar soluciones para mejorar la tasa de reciclaje de todos los materiales. Definitivamente nos encontramos en una nueva era en la transparencia de la circularidad ".
Por último, Emilio Braghi, vicepresidente ejecutivo de Novelis y presidente de Novelis Europe, añade: "Los sistemas de recolección y clasificación son esenciales para aumentar la circularidad y desbloquear todo el potencial de los materiales infinitamente reciclables. Necesitamos un marco político que incentive sistemas circulares y de reciclaje reales, donde los envases de bebidas se reciclen una y otra vez sin perder calidad al final de su vida. El aluminio es perfectamente adecuado para múltiples reciclajes de producto-a-producto. Debemos pasar de pensar en los residuos y hacerlo en los recursos valiosos, reutilizando el material existente para producir nuevos envases y ahorrando así preciados recursos naturales y energía, y reduciendo las emisiones”.