El chocolate es una de las delicias más deseadas en todo el mundo y cada vez más españoles lo prefieren ético y sostenible. Y es que las ventas de cacao certificado por Fairtrade, sello líder mundial que certifica productos de Comercio Justo, se han mantenido estables en un año en el que la industria del cacao y el chocolate ha sufrido una bajada del 5,4%, según Nielsen, tras el fuerte crecimiento que experimentó durante la pandemia. Así, el cacao se ha convertido en el producto ‘estrella’ que certifica Fairtrade, con 63 marcas nacionales e internacionales y 897 referencias disponibles en el mercado español.
Con motivo de ‘Día Mundial del Chocolate’, que se celebra este martes, 13 de septiembre, el director de Fairtrade Ibérica, representante en España y Portugal de Fairtrade, Álvaro Goicoechea, pone de relieve la apuesta de la distribución en nuestro país por el chocolate sostenible.
“Son cada vez más las marcas comprometidas como las españolas Chocolates Solé, AlterNativa3 o Chocolates Isabel, y las internacionales Oxfam Intermón, Tony’s Chocolonely, Fin Carré, Way to go, JD Gross o Moser Roth, entre muchas otras, que se suman a nuestra certificación. El sello Fairtrade les permite comunicar a sus consumidores que el cacao de sus productos cumple con unos estrictos criterios sociales, económicos y ambientales”, explica.
“Hay un cambio en el consumo evidente en los hogares españoles, pese a los temores de recesión, se están decantando por una compra consciente: el cacao certificado Fairtrade ha registrado un crecimiento del 600% en los últimos 5 años y su consumo representa ya alrededor de 2 euros de media por habitante en el mercado español. Gracias a estas marcas y a otras como Guylian que en breve llegarán a nuestro país, ponemos al alcance de los consumidores unos dulces producidos pensando en el planeta y en las personas. Optar por el cacao certificado Fairtrade implica ayudar a las comunidades productoras a tener una vida digna gracias a un trato y unos ingresos justos”, añade Goicoechea.
Empresas comprometidas que apuestan por el cacao certificado Fairtrade
En este sentido, el director general de Chocolates Solé, Alessandro Baldassarri, señala: “El valor principal que nos aporta la certificación Fairtrade es la garantía tanto para nosotros como para el consumidor de que estamos haciendo las cosas de forma correcta, tal y como todo el mundo tendría que hacerlo. Certificar nuestros chocolates nos ayuda a conectar con los consumidores, ya que éstos son cada vez más conscientes y mi deseo es que el consumo sostenible sea una realidad clara y normal. Las buenas prácticas son esenciales y Fairtrade es una buena opción para garantizarlo”.
En la misma línea, el responsable del Área de Ventas y Consumidores de Oxfam Intermón, Paco Juan, destaca la apuesta de la organización por la certificación Fairtrade 100% trazable en chocolate. “Esto quiere decir que sabemos exactamente que el cacao y el azúcar que provienen de nuestras cooperativas son los que encontramos en nuestros chocolates Tierra Madre. La certificación Fairtrade en el caso del chocolate es especialmente importante para luchar contra la explotación infantil, que es un fenómeno, tristemente, muy común en el cultivo de la mayoría del cacao”, indica.
“Más de un millón de niños y niñas trabaja en el cultivo de cacao en África, la mayoría en condiciones de explotación e incluso de esclavitud. Para AlterNativa3, los derechos de las personas están por encima del beneficio económico. Es por eso que todos nuestros chocolates tienen la certificación Fairtrade que prohíbe, entre otras cosas, el trabajo infantil y garantiza que se implementarán condiciones para asegurar el bienestar, seguridad, educación y necesidad de jugar de los menores. Consumir chocolate de Comercio Justo nos da la oportunidad de formar parte de la erradicación de la explotación infantil en el mundo”, señala, por su parte, la Key Account & Project Manager AlterNativa3, Gemma Guinot.
Comercio Justo para erradicar la explotación en toda la cadena del cacao
Europa es el mayor consumidor de cacao y chocolate en el mundo, con más de 1,2 millones de toneladas al año. En concreto, en nuestro país la industria española del cacao y chocolate es la primera en facturación del sector del dulce, con un 27,2%, y supone el 32% del consumo total de productos dulces, según la Asociación Española del Dulce (Produlce). Pese a ser un negocio rentable, las comunidades productoras de cacao siguen luchando contra los efectos de la pobreza, el trabajo infantil y la deforestación, según el ‘Barómetro del Cacao 2020’.
Por ello, Fairtrade trabaja para erradicar la explotación en toda la cadena del cacao y garantizar a las comunidades productoras unos ingresos suficientes, que cubran los costes y les proporcionen un nivel de vida decente a todos los miembros del hogar. Las organizaciones de productores con las que trabaja Fairtrade son cooperativas gestionadas democráticamente que representan la voz de los productores. La certificación Fairtrade les garantiza unas condiciones de Comercio Justo que les permiten tener más peso en las relaciones comerciales, salir de la pobreza y hacerse cargo de su propio futuro.
“Son cada vez más los agricultores que se unen a Fairtrade y con ellos sus tierras, donde ponemos en marcha prácticas sostenibles para proteger la biodiversidad prohibiendo, entre otras acciones, la tala de árboles en zonas protegidas o el uso de pesticidas químicos. La Prima Fairtrade también les ayuda a luchar contra el cambio climático e incentivamos la producción ecológica con un Precio Mínimo más alto”, indica Goicoechea. Así, durante los últimos 5 años, el número de productores de cacao certificados por Fairtrade prácticamente se ha duplicado y ya son más de 440.220, agrupados en más de 370 cooperativas certificadas de 22 países de África, América Latina y Asia.
Y es que Fairtrade es el único sistema de certificación que establece un precio mínimo obligatorio. El Precio Mínimo Fairtrade actúa como una red de seguridad en momentos de precios bajos y permite una planificación a largo plazo. Además, los productores reciben la Prima Fairtrade, una cantidad adicional de dinero que se paga por encima del precio mínimo acordado y que invierten en los proyectos que ellos deciden democráticamente, destinados a mejoras en sus negocios y comunidades. El cacao, según explica Goicoechea, es el producto que más aporta a la Prima Fairtrade.
Los datos evidencian el impacto positivo de Fairtrade. Un ejemplo de ello es el caso de los productores de cacao de Comercio Justo certificados por Fairtrade en Costa de Marfil, el principal productor y exportador de cacao del mundo, quienes han aumentado sus ingresos en un 85% durante los últimos 5 años, según un estudio realizado en 2020 y 2021 por el Impact Institute para Fairtrade que mide las mejoras y los cambios producidos desde 2016/2017. Además, expone que el 61% de los hogares de productores costamarfileños de cacao certificado Fairtrade ha salido de la pobreza extrema y que el 15% obtiene unos ingresos para vivir dignamente.
Del mismo modo, a través del proyecto The Alliances for Sankofa en el que participa Fairtrade, los agricultores en Ghana han aumentado sus ingresos casi un 26% desde 2018. En concreto, la iniciativa se está implementando con la organización ghanesa de productores de cacao certificado Fairtrade Kuapa Kooko Farmers Union y tiene como objetivo establecer parcelas dinámicas de sistemas de cultivo agroforestales y climáticamente inteligentes que cubran más de 400 hectáreas, con un impacto directo en más de 2.900 agricultores y 13.400 miembros de sus hogares.
Estos casos son especialmente importantes, ya que alrededor del 90% del cacao que certifica Fairtrade proviene de la Red de África y Oriente Medio, estando concentrado el 78% en Costa de Marfil y Gana. “El cacao es la principal fuente de ingresos en estos países, por lo que garantizarles unos medios justos es fundamental. No podemos olvidar que la pobreza es la principal causa del trabajo infantil. En Fairtrade luchamos contra la explotación infantil en toda la cadena de suministro. Nuestra organización prohíbe el trabajo infantil y garantiza que, si encuentra infracciones, toma medidas inmediatas para proteger a las y los niños afectados. Además de las normas y auditorías exhaustivas, también colaboramos con entidades de protección de la infancia para garantizar su recuperación segura y bienestar”, detalla Goicoechea.
Fairtrade lleva casi 30 años trabajando para conseguir un sistema de producción justo y sostenible. En concreto, los Estándares Fairtrade combinan una serie de criterios económicos, medioambientales y sociales que son auditados de forma independiente como parte de esta certificación y están presentes en toda la cadena de suministro. “Escoger productos elaborados con cacao certificado Fairtrade no es una simple elección, sino que significa contribuir a transformar el negocio del cacao para que productores y trabajadores agrícolas de todo el mundo tengan una dieta nutritiva, agua limpia, vivienda digna, educación, atención médica y otras necesidades esenciales; y para que todos los niños y niñas puedan disfrutar de su infancia”, concluye Goicoechea.