Para absorber todas las emisiones de carbono del mundo a base de tierras forestales y lograr así cero emisiones netas en 2050, serían necesarias 1600 millones de hectáreas forestales nuevas, lo que equivale a cinco veces la superficie de la India o a más que todas las tierras agrícolas del mundo, según anuncia Oxfam Intermón en un nuevo informe.
En su informe, titulado Un riesgo neto, Oxfam Intermón afirma que numerosos Gobiernos y grandes empresas se esconden tras objetivos de absorción de carbono, que son en realidad poco fiables, no probados y prácticamente imposibles de poner en práctica, para reivindicar sus planes de lograr cero emisiones netas de cara a 2050.
Al mismo tiempo, no están reduciendo sus emisiones con la rapidez o la magnitud necesarias para evitar una debacle climática de consecuencias catastróficas. Su repentina fiebre por asumir compromisos para lograr cero emisiones netas depende excesivamente de vastas extensiones de tierra para plantar árboles que absorban los gases de efecto invernadero de la atmósfera.
Para limitar el calentamiento global por debajo de los 1,5 °C y evitar así que el cambio climático provoque daños irreversibles, el mundo debería estar ya en camino de reducir sus emisiones de carbono en un 45 % en 2030 respecto de los niveles de 2010, siendo los principales emisores los que deberían asumir los recortes más drásticos. Al ritmo de los planes actuales, solo se lograría una reducción de las emisiones del 1 % de cara a 2030.
La crisis climática ya está causando estragos en la agricultura en todo el mundo. Está agravando las crisis humanitarias, el hambre y las migraciones. Las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad, sobre todo las mujeres agricultoras y los pueblos indígenas, son las primeras y más perjudicadas. Esta crisis está socavando todos los esfuerzos por acabar con las desigualdades y la pobreza en el mundo, incluida la labor de Oxfam.
Jacobo Ocharan, responsable de Justicia Climática de Oxfam Intermón, afirma que “los objetivos de cero emisiones netas de carbono deberían basarse en lograr cero emisiones reales, y para ello es necesario realizar recortes drásticos de las emisiones, abandonando los combustibles fósiles e invirtiendo en energías y cadenas de suministro verdes. Apoyarse en exceso en objetivos para lograr cero emisiones netas permite enmascarar la inacción climática, lo que pone en peligro el futuro de nuestro planeta”.
“Los esquemas para absorber carbono atmosférico basados en la naturaleza y el uso de la tierra son una parte importante de los esfuerzos por abordar las emisiones globales, pero deben utilizarse con mucha más precaución. No hay tierras suficientes en el mundo para cumplir con los planes actuales. Al contrario, estos esquemas podrían terminar provocando un aumento de los niveles de hambre, acaparamientos de tierra y vulneraciones de los derechos humanos, permitiendo al mismo tiempo que los grandes emisores de gases se escuden en ellos para poder seguir contaminando.”
Recientemente, la organización ha mostrado que los precios de los alimentos se han disparado un 40 % en el último año, lo que ha contribuido a que 20 millones de personas más se hayan visto arrastradas a una situación de crisis alimentaria y a que el número de personas que viven en condiciones cercanas a la hambruna se haya multiplicado por seis. Si se utilizan a gran escala, los métodos para absorber carbono atmosférico basados en el uso de la tierra, por ejemplo a través de plantaciones masivas de árboles, podrían provocar un aumento del precio de los alimentos del 80 % para 2050.
Según se acerca la COP de Glasgow de este año, más de 120 países (incluidos Estados Unidos, China y la Unión Europea, que son los principales emisores de gases) han ido prometiendo lograr cero emisiones netas de cara a 2050. Pero la mayoría de estas promesas son vagas y no se apoyan en planes cuantificables.
Incluso un país pequeño como Suiza podría necesitar una superficie de tierra del tamaño de Puerto Rico para plantas árboles suficientes para cumplir con su objetivo de lograr cero emisiones netas. Suiza acaba de cerrar un acuerdo de compensación de emisiones de carbono con Perú y Ghana.
Colombia ha asumido un compromiso para lograr cero emisiones netas de carbono para el que necesitará reforestar más de un millón de hectáreas de aquí a 2030, a pesar de que la tasa de deforestación en el país sigue creciendo.
Un quinto de las 2.000 mayores empresas que cotizan en bolsa ha anunciado objetivos para alcanzar cero emisiones netas que también dependen del uso de la tierra como sumidero de carbono.
Para que las cuatro mayores empresas de gas y petróleo (BP, Eni Shell y TotalEnergies) puedan cumplir con su promesa de lograr cero emisiones netas, tendrían que convertir en bosque una superficie de más de dos veces el tamaño del Reino Unido de aquí a 2050.
El informe de Oxfam muestra también que, si el sector energético en su conjunto (cuyas emisiones no hacen sino aumentar) asumiese un objetivo similar de cero emisiones netas, necesitaría una superficie de tierra del tamaño de la selva amazónica, lo que equivale a un tercio de todas las tierras agrícolas de mundo. Tan solo Shell necesitaría una superficie de tierra del tamaño de Honduras de cara a 2030.
Ocharan añade al respecto que “Lograr cero emisiones netas de carbono puede parecer una buena idea, pero los planes de las principales empresas petrolíferas muestran la enorme cantidad de tierras que se necesitaría para cumplir con estos distantes objetivos. Depender en exceso de la plantación de árboles y de tecnologías que todavía no están probadas en vez de abandonar un modelo económico basado en los combustibles fósiles es una peligrosa insensatez. Ya estamos siendo testigos de los devastadores efectos que provoca el retraso en la acción climática. Los objetivos de cero emisiones netas serán un gran engaño si al final terminan siendo una mera cortina de humo para seguir contaminado como hasta ahora.”
Quedan menos de cien días para la cumbre del clima de las Naciones Unidas en Glasgow, y los Gobiernos y las grandes empresas necesitan centrarse mucho más en lograr una rápida y drástica reducción de las emisiones de carbono a corto plazo, empezando en sus propios territorios, operaciones y cadenas de suministro. Si se asumen compromisos para lograr cero emisiones netas, deben ser cuantificables y transparentes y dar prioridad a recortar drásticamente las emisiones de cara a 2030. La absorción del carbono ya emitido a la atmósfera no debería sustituir a la reducción de las emisiones, y deberían contabilizarse por separado.
“La tierra es un recurso finito y preciado. Millones de pequeñas agricultoras y agricultores y comunidades indígenas dependen de ella para sus medios de vida. Todas las personas del mundo dependemos de la buena administración de la tierra, incluido para nuestra seguridad alimentaria. El mundo entero se beneficia de la protección de los bosques y los derechos sobre la tierra de las agricultoras y agricultores y los pueblos indígenas,” afirma Jacobo Ocharan.