motorymamb¿Cómo emiten menos CO2 cuatro amigos que vayan a cruzar la ciudad: haciendo jogging o juntos dentro de un coche híbrido? De forma reciente, la revista Scientific American se ha hecho eco de un trabajo de un investigador italiano que concluye que hoy ya merecería la pena que los cuatro corredores se subiesen al automóvil. Esta publicación ha generado fuertes críticas. ¿Hasta qué punto se pueden comparar las emisiones de un coche con las de una persona corriendo?.

En el trabajo, el investigador italiano Alberto Minetti, profesor de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Milán, compara la maquinaria humana con la de un automóvil híbrido con dos motores, uno de gasolina y otro eléctrico. Sus cálculos consideran que un hombre emite corriendo unos 25 gramos de CO2 por kilómetro, por lo que si son cuatro los corredores producirían unos 100 gramos de CO2. Según el profesor italiano, esta cantidad es superior a lo que emiten por kilómetro en ciudad los coches híbridos ya en el mercado (que sitúa en los 95 g CO2/km).

Obviamente, existen muchos motivos por los que un coche no es mejor para el medio ambiente que moverse mediante el esfuerzo físico. Uno de ellos es que el automóvil va a liberar otros gases contaminantes, que pueden incluso convertir en un riesgo para la salud el que una persona salga a correr a las calles de una gran ciudad. Sin embargo, cada cierto tiempo aparece algún estudio de este tipo que compara el CO2 de un coche con el producido por el esfuerzo físico de un ser humano corriendo o subido a una bicicleta.

“El estudio no considera las emisiones de la fabricación del coche, pero tampoco las de la fabricación del humano, cuya alimentación no proviene directamente de un árbol o de la caza, sino que requiere de un proceso industrial que utiliza máquinas contaminantes que emiten CO2”, comenta el propio Minetti por correo electrónico.

La principal crítica realizada al trabajo del italiano es que justamente haya comparado el CO2 expulsado por el cuerpo humano con el que sale de los tubos de escape. ¿Es igual uno y otro dióxido de carbono? Se supone que en el caso de los corredores, como el de todos los seres vivos, su respiración forma parta del ciclo natural del carbono, un sistema de gran importancia para la vida en el planeta. De forma muy simplificada, las plantas absorben CO2 mediante la fotosíntesis y liberan oxígeno. El carbono queda fijado en las plantas y pasa a los animales por medio de la alimentación. Pero luego vuelve a la atmósfera otra vez a través de la respiración de estos animales o de otros procesos como la descomposición.

“Esto había estado en equilibrio durante muchísimo tiempo”, comenta Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares, que incide en que el problema del cambio climático es el exceso de CO2 emitido desde hace un siglo por la especie humana. Y no precisamente por las emisiones de los corredores que hacen jogging por la ciudad, sino por las de las máquinas como los coches, por el uso de combustibles fósiles. “Es una cuestión de tiempos, las máquinas están liberando a la atmósfera CO2 almacenado hace millones de años”, destaca el físico.

Por su parte, el profesor italiano reconoce que el ciclo del CO2 de la respiración humana tiene poco que ver con el de los combustibles fósiles. Aún así, insiste en que los alimentos que necesita ingerir una persona para desplazarse corriendo sí que contaminan de forma indirecta, pues han sido obtenidos por medio de procesos industriales que han generado unas emisiones.

“Algunos no han entendido el espíritu de nuestro trabajo de investigación, que no era tanto crear una competición sobre quién emite menos CO2 como evidenciar que la innovación tecnológica en el transporte ha llegado a tal punto que gana incluso a sistemas ancestrales y muy conocidos como el aparato músculo-esquelético”, se defiende Minetti. De hecho, en su trabajo el profesor italiano apunta otros límites de emisiones que alcanzar en el futuro, como los 50 g CO2/km de cuatro personas andando (a una velocidad de 5,5 km/h) o los 25 g CO2/km de cuatro ciclistas (a una velocidad constante de 30 km/h).

Fuente: Eco Lab

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