El transporte público y privado en las grandes urbes está sufriendo una revolución. Hay nuevas formas de concebir la movilidad urbana gracias los smartphones y los sistemas de posicionamiento GPS. Consultar la cadencia de paso de los autobuses de línea, pedir un taxi convencional, requerir los servicios de un coche con conductor, abrir un vehículo compartido de los que funcionan por el centro urbano o alquilar un vehículo por horas son cinco formas de movilidad urbana que gracias a las nuevas tecnologías puedes hacer ahora pero que no existían al principio de la década.
“La movilidad urbana está cambiando a nivel global por la expansión de las grandes ciudades y el auge de la economía colaborativa. Además, hay factores medioambientales como las medidas de restricción del tráfico por alta contaminación que reducen el uso del coche privado en favor de otros modelos”, explica Orazio Corva, director de Car2Go en Madrid, aplicación de vehículos compartidos por minutos.
Para Mariano Silveyra, director general de Cabify Madrid, Valencia y Sevilla, la movilidad en las grandes ciudades es un grave problema. En España, dice, está muy ligada al uso del vehículo privado con el consiguiente perjuicio medioambiental, económico, sonoro y de espacio. Sócrates Domínguez, responsable de comunicación de Bluemove, señala además que “para un usuario que haga menos de 1.000 kilómetros en coche al mes, un vehículo en propiedad no compensa económicamente”. “El problema es que ya que tenemos el coche, lo usamos para todo y no es lo más adecuado”, señala Domínguez . “Este modelo es absolutamente ineficiente y debemos migrar a un modelo donde el usuario pueda optar a diferentes alternativas dependiendo de sus necesidades”, dice Silveyra.
“Esto supone un cambio de paradigma, que entiende el coche como servicio en lugar de como un bien en propiedad”, explica Ian Patterson, responsable en Madrid de Respiro, empresa de alquiler de coches por horas. Un cambio favorecido, sobre todo, por las aplicaciones de economía colaborativa como Uber que pone en contacto a servicios de chóferes con clientes. “Las tecnologías permiten que iniciativas tradicionales, como compartir un coche, se puedan hacer en tiempo real”, explica Yuri Fernández, director de comunicación en España de Uber.
Este cambio está ocurriendo a toda velocidad, por ejemplo, en Madrid, donde ya conviven la mayoría de aplicaciones revolucionarias del transporte. “La naturalidad con la que Madrid ha asumido estos modelos es espectacular”, señala Fernando Izquierdo, consejero delegado de Emov, la empresa de coches compartidos competidora de Car2Go. Para Corva, se trata de usuarios “ya habituados a no coger el coche para ir a trabajar”. Estos son los primeros en usarlo. Según el informe Los españoles ante la nueva movilidad, realizado por la revista especializada Autofácil, Pons Seguridad Vial, la plataforma AutoScout24 y Lainformación.com, el 22% de los españoles ha usado alguna vez un servicio de coche compartido, porcentaje que crece al 30% cuando la edad baja a entre 18 y 30 años.
La multimodalidad, es decir, el uso de distintos tipos de transporte, a veces en el mismo viaje para llegar al destino, es una de las claves para la movilidad. “Un viaje tipo sería un usuario que va con su coche privado o en transporte público hasta una parada de metro dentro de la almendra central de la ciudad”, explica Corva. En este trayecto dentro de la almendra, que se denomina de última milla, es donde florecen buena parte de las aplicaciones. Para Fernández, para que las alternativas al coche privado en este trayecto funcionen, “han de ser convenientes por tiempo, precio y disponibilidad”.
En este trayecto es donde surgen los conflictos con el sector del taxi, altamente regulado y con licencias caras, que buscan que se aumente la regulación a los servicios de chóferes (Uber y Cabify) y se limiten las licencias VTC, o vehículo de turismo con conductor, que necesitan para su actividad por encima de una por cada 30 taxis, como pide la ley. El pasado miércoles 26, colectivos de taxistas realizaron una huelga contra Uber y Cabify. Silveyra defiende la legalidad de Cabify y sostiene que la compañía ofrece una alternativa real que forma parte de las ciudades digitales de hoy. “Hacemos uso de la tecnología y la innovación para conectar vehículos con usuarios ofreciendo soluciones de movilidad eficientes”, dice. “España es tecnofóbica y se está quedando atrás en el uso de servicios mejores vinculados a la tecnología. Tiene que solucionar este problema”, dice Fernández.
Pero también hay aplicaciones que mejoran los servicios de taxi. Juanma Nieto, consejero delegado de Micocar, la única app de taxis que siempre aplica descuentos sobre las tarifas oficiales, defiende que el taxi es la opción más rápida y con mayor oferta, ya que en ciudades como Madrid ofrece 16.000 coches, pero cree que el sector del taxi tiene que prepararse para ser más eficiente y competir con los modelos VTC.
Para Sandra Sancho, directora de marketing de MyTaxi en España, “la transformación digital en el sector del taxi no solo permite mejorar y personalizar el servicio sino que tiene una repercusión directa sobre las ciudades”. “En esta línea, uno de los propósitos de MyTaxi desde sus inicios ha sido impulsar y revitalizar el sector”, un sector en plena revolución en la que el coche privado se queda fuera.
Los taxistas de medio mundo llevan tiempo manifestándose contra compañías como Uber o Cabify, pero ya hay expertos que avanzan que ese colectivo yerra en el enemigo. Para el profesor de IE Business School Enrique Dans, el problema de los taxistas es el coche autónomo, porque las automovilísticas ya han anunciado que ofrecerán taxis autónomos en 2020. “Veremos servicios de taxi autónomos sensiblemente más baratos porque eliminarán el coste del conductor y que, además, se verán como más seguros”.
La lista de fabricantes que se ha puesto manos a la obra es larga. Mercedes ha dicho que ofrecerá taxis completamente autónomos en 2020, al igual que Daimler, que ha firmado un acuerdo con Bosch para lanzar una flota de taxis de este tipo. Ford y BMW planean hacer lo mismo para 2021, y Uber y GM con Waymo (Google) trabajan en la misma línea. Según Dans, “los conductores de Cabify y Uber tendrán el mismo problema que los taxistas: se quedarán sin trabajo igual”.
“Los taxistas no desaparecerán porque nadie los prohíba, sino porque veremos servicios basados en vehículos autónomos en cada vez más sitios, en todos los entornos en los que por su volumen exista una oportunidad de obtener una rentabilidad interesante”, dice Dans en su blog. El fundador de Micocar no cree que el taxi autónomo vaya a ir tan rápido y considera que hay retos legales y morales por resolver.
Fuente: Cinco Días.