El parque de vehículos español ha aumentado año a año, y este crecimiento imparable en nuestras carreteras, genera un problema de fondo que que ver con el momento en que tiene el vehículo llega al final de su vida útil y se convierte en un residuo potencialmente peligroso para el medio ambiente y las personas . La ley que regula el tratamiento de estos desechos se ha ido modificando a lo largo del tiempo para hacerse lo más efectivamente posible y poder así dar cuenta de la manera más positiva posible de las cientos de toneladas de residuos que se generan por los vehículos que han quedaron inservibles.

Para arrojar un poco de luz sobre este proceso, hemos hablado con RO-DES, quienes nos explican el proceso de descontaminación que se lleva a cabo cuando el vehículo llega a desguace. “Las primeras fases son administrativas, después el proceso de descontaminación es puramente mecánico, pero conforme avanza el tratamiento se va tecnificando y los componentes o residuos potencialmente peligrosos se trasladan a centros específicos de tratamiento.”

FASES 1 Y 2: ADMINISTRACIÓN Y MECÁNICA

En primer lugar, se realiza el papeleo mediante el cual el vehículo deja de generar impuestos y se declara oficialmente en desuso. Este proceso únicamente puede llevarse a cabo a través de un Centro de Tratamiento Autorizado, que actualmente es el único medio contemplado por la Dirección General de Tráfico para deshacerse del vehículo y tramitar su baja definitiva. Antes mal llamados desguaces, eran poco más que cementerios de vehículos. Ahora, y gracias a la normativa vigente, son plantas de tratamiento de residuo, donde se consigue que el 95% del vehículo sea reciclado responsablemente.

Después el vehículo pasa a disposición de mecánicos que extraen los líquidos que porta el vehículo, tales como combustible, aceites, anticongelantes o lubricantes, y también los gases, como el del conducto del aire acondicionado. Ahora ya es seguro manipular los restos, dado que todas esas sustancias químicas ya se han acumulado en bidones especializados. Comienza el proceso de extracción de piezas según este protocolo:

1) Testado: Se evalúa si la pieza es susceptible de ser reutilizada.
2) Desmontaje: Se desmonta, limpia y revisa minuciosamente.
3) Control de calidad: Se comprueba su capacidad de uso en otros vehículos, su estado general, y la calidad de la pieza.
4) Fotografiado: Imprescindible para que el cliente, en caso de posible adquisición, pueda ver la pieza.
5) Catalogado: Facilita su localización en el stock que incluye toda la información necesaria para localizarla, como referencia, serie, potencia, color…
6) Almacenaje: Lugar donde estará hasta su adquisición por particulares o profesionales.

En función del motivo que haya llevado el coche a centro de tratamiento, podrán rescatarse más o menos piezas, pero a efectos prácticos, el peso del vehículo se reduce sustancialmente, y el residuo, por tanto, también es menor. Además, podrás obtener piezas originales en buen estado de uso y con garantía a un precio un 70% menor en comparación con los repuestos nuevos. Ahora el vehículo está parcial o totalmente desguazado. Y hemos dispuesto y clasificado sus líquidos en bidones específicos con características técnicas pensadas para cada producto. Se tecnifica el proceso.

El vehículo está compuesto básicamente por metales (74,48%), plásticos (13,72%), caucho (3,23%), fluidos como líquidos y aceites (1,28%), cristales (3%) y otros elementos (4,09%) los que pueden ser gestionados de forma sostenible. Los líquidos ya están a buen recaudo en bidones que se distribuyen a centros que destruirán de manera segura el material que no pueda ser reutilizado. Por ejemplo, el aceite se refina y limpia, y se recupera una parte.

La otra parte sirve de lubricante para maquinaria industrial. El gas del aire acondicionado sigue un proceso similar, pero primeramente se cambia a estado líquido y se separan el aceite, la humedad y los incondensables. Mediante destilación puede recuperarse parte, lo que no se puede recuperar se destruye mediante tecnologías específicamente desarrolladas para ello. Ahora vamos con el chasis.

FASE 3: FRAGMENTACIÓN

El vehículo llega en muchos casos compactado a las plantas de fragmentación. Previamente se han retirado los cristales que entorpecen la compresión, y estos son reutilizados en su totalidad por la industria alimentaria o en la construcción. El vidrio es natural y puede reutilizarse infinitas veces.

Si el vehículo llega en forma de cubo, se practica una desmembración previa del material, y si no, los vehículos, pasan directamente por una maquinaria compuesta por martillos que trocean los materiales hasta que alcanzan los 20/40 centímetros. Unos tambores magnéticos atraen todo el material férrico, que se envía directamente a la industria siderúrgica para su fundición y posterior elaboración de nuevos productos porque, de hecho, los metales pueden reciclarse prácticamente de forma ilimitada sin perder calidad, sin importar su proveniencia. El acero, sin ir más lejos, es de los materiales más reciclados del mundo. Una vez se haya fragmentado el coche y extraído el material férrico, puede pasarse a la siguiente fase.

FASE 4: POSTFRAGMENTACIÓN

Hasta el momento, sabemos que en la amalgama de residuos no quedan residuos férricos. Pero ahora hay que separar el material ligero del pesado.

Material ligero:

Durante este proceso se realizan una o varias aspiraciones, de las que resulta el material ligero. Por ejemplo, textiles. Los textiles pueden ser reciclados y se pueden utilizar como aislante de vehículos, se pueden descomponer para crear nuevos tejidos sintéticos, pueden usarse en la producción de colchones y rellenos, igual que las espumas. Dado que estas transformaciones son caras de llevar a cabo, la práctica más extendida es llevar el material ligero a un vertedero, o que sea usado como combustible mediante su incineración.

Material Pesado:

Lo que resulta de separar de los restos el material ligero y el material férrico, es el material pesado, que suele estar compuesto por gomas, plásticos y metales no férricos (como aluminio y cobre) Estos dos últimos y otros materiales similares, pueden trabajarse para ser reutilizados sin pérdida de calidad.

Los materiales plásticos, por el contrario, tienen que alterarse más o menos en función del nuevo uso que quiera dársele. Los plásticos más presentes son en los coches son PU (poliuretano), PP (polipropileno), y PE (polietileno) entre otros. Incluso los faros contienen PMMA (polimetilmetacrilato).

Las gomas tienen mucha salida después de que son trituradas, porque pueden usarse como aislante en la construcción, para realización de tejados, elaboración de calzado, como parte de la mezcla de algunos asfaltos…

Para separar los distintos elementos del material pesado se emplean diversas técnica como suspender la mezcla en agua y separar los materiales hundidos de los flotantes, cribados, corrientes de inducción, mesas densimétricas, sistemas ópticos… Así se consigue la máxima eficacia en la obtención de materiales que pueden seguir su procesado en otras industrias como materia prima, cerrando así el ciclo del reciclaje del vehículo.

Este proceso de destrucción y descontaminación del vehículo únicamente puede realizarse por los establecimientos autorizados para ello, como los Centros de Tratamiento Autorizado de Vehículos, y las plantas de fragmentación y postfragmentación. Las fases pueden realizar todas en el mismo centro, o puede estar dividido en distintas instalaciones por motivos prácticos o de seguridad. Este largo proceso, permite que en España se esté recuperando actualmente el 92% del vehículo. Puede parecer una cifra alta, pero en Grecia, por ejemplo, llega a reutilizarse el 100% según los datos que aporta SIGRAUTO. Aún queda trabajo por hacer.

 

Fuente: RO-DES