Diana Renté Garcia
Lda. en Ciencias Ambientales
Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)

Artículo de opinión de una recién licenciada, con las preguntas que aparecen en ese momento y con un tono entre sarcástico y real hace un repaso sobre los diversos caminos que se abren ante ella. El martes tengo cita con Teresa Escalas, una de las eminencias en el campo de la educación ambiental.Me tiene que contar qué opciones académicas existen para adentrarse en ese mundo mágico en el que muestras a la gente el camino para que se vuelva buena y ame a la naturaleza y al prójimo. Mi trabajo consistiría en transmitir información de tal manera que fuera capaz de hacer que la sociedad se interese por los problemas ambientales, los entienda e intente colaborar en su solución. Casi nada! Y quien dice los ambientales incluye también los sociales, porque al fin y al cabo el ambiente lo es todo. La creación de un mundo perfecto. No está mal como trabajo, no? Pero quien se encargará de pagar mi esfuerzo? A quien le interesa que eso pase? Si sabes de alguien me lo cuentas.

Antes de poder iniciarme en el viaje a la utopía de la creación del mundo perfecto, me iré a Menorca, a estudiar de qué manera en este mundo imperfecto el turismo se carga las playas. Allí aprenderé el funcionamiento del estudio del litoral, a medir el impacto del hombre, a representar los datos usando GIS, a trabajar investigando ese maravilloso mundo de olas, algas, costas, pececitos de colores e incluso algún majestuoso delfín . Adoro los delfines. Quiero ser un delfín . Son tan inteligentes y sensuales!

O tal vez no me vaya. Entonces qué? Pues seguiré cómo hasta ahora, como monitora de aeróbic. Me encanta cuando la gente llega a aprenderse la coreografía y la disfrutan cantando y riendo. Pocas cosas me hacen sentir mejor que conseguir una sonrisa, y más si es de un desconocido/a.

Entonces porque no me voy de voluntaria a algún país de latinoamérica o África? Allí mi espíritu solidario se sentiría realizado. Además , la manera de tomarse la vida en los países cálidos y en vías de desarrollo (por llamarlo de alguna manera) es mucho más alegre y humana. Definitivamente emigro. Pero a donde? Y a hacer qué? Porque qué tengo yo que aportarles? De qué viviría si apenas hay para los nativos?
Pues iría a alguna universidad latinoamericana a especializarme en alguna área de medio ambiente y trabajaría vete tu a saber de qué. Educación ambiental? Impacto ambiental? Sistemas de agricultura sostenible? Regeneración de cuencas hidrográficas? Y mientras escribo esto me estoy zampando un helado de Frigo, de esos transgénicos y cuyos beneficios económicos, unidos al del resto de helados que nos zampamos en Europa, podría terminar con el hambre en el mundo, o garantizar agua o la escolarización, ahora no recuerdo el dato. Viva la coherencia! Y la gula.

Entonces pienso: para qué irte tan lejos si las cosas tiene que empezar a cambiar aquí? Además , cómo se hace eso de cambiar de continente, encontrar unos estudios que te gusten y después trabajo ?Quién te garantiza que así serás feliz, que no te estás arriesgando demasiado. Tal y como dice Kundera, sólo vivimos una vez, así que no hay manera de saber cual es la mejor opción porque no podemos ensayar.

Y acorto la distancia. Ahora me veo en las islas Canarias. Clima tropical, primavera-verano todo el año, poca ropa, buen rollito y gente encantadora (por lo menos los que conocí en un viaje a Tenerife). Con unos paisajes estupendos y supongo que alguna que otra necesidad de personal que se dedique al medio ambiente. O sino a dar clases de aeróbic a los turistas! O a estudiar cetáceos. La bomba! Me encantaría pasarme horas mirándolos e intentando comprender cada uno de sus gestos. Luego saldría en la tele, como Cousteau, y se lo mostraría al mundo entero, que dejaría de comer atún porque en su pesca matan delfines.

Si nos acercamos un poco más a la tierra, al mundo real, veremos que el futuro pasa por la gestión ambiental. Iso 14001, 9001, integración de gestión ambiental y riesgos laborales... estrategias varias para hacer que las empresas se adapten a la insuficiente legislación ambiental. Eso si hay suerte, porque en algunos casos estoy segura de que lo que me pedirían sería cómo poder escaquearse de esa legislación. Yo entraría en una crisis moral y me despedirían.

Pero sin llegar al extremo de las empresas mejor dicho, de los/as empresarios/as malvados/as, estaría bien crear una empresa que se dedicara a hacer estudios de impacto ambiental, no? Trabajaría con gente que conozco. Tengo amistades en todos los campos: CCAA, biología, química, económicas, física, geología... Lástima que probablemente no se quieran dedicara esto, que haga falta una mega inversión inicial, que después falta que alguien nos contrate y no pretenda sobornarnos haciendo que minimicemos el impacto, que al fin y al cabo es lo que puedes esperar de una empresa que te pide que le digas a la administración que puede seguir adelante con el proyecto porque no pasa nada.

Cambiemos de bando entonces. Pasemos a la administración. Unas opos, trabajo de funcionaria, agendas 21, o concejal de medio ambiente en algún ayuntamiento. Las decisiones ambientales de un municipio en tus manos. Una pequeña parcela de mundo a modelar a tu antojo. Pero la política todo lo pudre, y probablemente no habría presupuesto, y me tendría que pelear con los de urbanismo, tránsito, basuras, etc, para conseguir que hicieran algo bueno.

Te cabreas con los del ayuntamiento y decides montar tu granja de agricultura ecológica y, además, autosostenible. No comería carne, por supuesto, sólo las verduras de mi huerta , huevos y leche. Pero vendría algún temporal o una sequía, se cargaría la cosecha y tendría que volver con la cabeza gacha a la ciudad.
Volvamos pues a la burbuja. Así es cómo llamo yo a la UAB. Con su césped, su tranquilidad, su pajaritos confiados, la misma gente de siempre, estudiantes, profesores, investigadores y el personal de servicios dispuesto a hacerles la vida más llevadera. Allí me dedicaría a investigar la vida de las ranas. Y de sus compañeros de piso, y su piso, es decir, a investigar las rieras y aiguamolls (que ahora no recuerdo la traducción al castellano) y otros universos acuáticos y fascinantes. Daría algunas clases a la semana en la facultad y otras en el gimnasio de la universidad para mantenerme en forma, y las alumnas fliparían al ver el cambio pero bueno...

O sino algún otro tema de ecología del CREAF. La fisio vegetal no me interesa pero las asignaturas de gestión de suelos me gustaron bastante, y el estudio de las relaciones entre los distintos organismo y el medio me fascina.

Luego están los días en que miras a tu alrededor y te da vergüenza la especie a la que perteneces y piensas que lo más inteligente que podría hacer la naturaleza, esa diosa Gaia, es extinguirla, como a los dinosaurios. Todavía le tendré que dar las gracias al SARS...En esos días, que no tiene porque coincidir con los de la regla, piensas que da igual, que viva lo contaminación, el despilfarro , el consumismo y que tonto el último! Que si muere gente en otro lugar es porque la capacidad de carga del planeta no da para todos, que es un acto sabio de la naturaleza para regularnos, cómo a cualquier otra especie. Y como las otras especies debemos competir por los recursos y por el apareamiento. No hay normas, es la ley del más fuerte. Coge todo lo que puedas porque sino otro lo hará por tí. Por suerte o por desgracia ,esos días son los menos.

 
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