La Fundación Daniel y Nina Carasso contribuye a la transición alimentaria a través del acompañamiento a proyectos de alimentación sostenible en todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo, a través de sus convocatorias y subvenciones.
En el marco del Día Mundial de la Agricultura, celebrado cada 9 de septiembre para poner en valor a quienes dedican su vida a cultivar la tierra para proveernos de alimentos, la Fundación comparte seis proyectos innovadores que ejemplifican cómo haciendo cambios a diferentes niveles y escalas es posible una agricultura que atienda los retos del presente y esboce un futuro más sostenible para las personas y el planeta.
A pesar de la necesidad de un relevo generacional en el campo, la juventud sigue considerando la profesión agraria como una opción laboral minoritaria. Según los datos recogidos en el informe El camino hacia el empleo agrario en los Sistemas Agroalimentarios Territorializados, publicado por CERAI y la Fundación Daniel y Nina Carasso, el 31 % de los titulares de explotaciones son mayores de 65 años, el 51% tiene entre 45 y 64 años, y solo el 4% es menor de 35 años. Para abordar esta problemática, existen diferentes proyectos que buscan el relevo generacional en la profesión agraria, favoreciendo el acceso a tierras de cultivo durante periodos limitados para valorar si es un camino que las personas quieren continuar.
Situado en Vizcaya, en el municipio de Berriz, el proyecto Haztegia tiene como objetivo principal facilitar la incorporación de una nueva generación de jóvenes agricultores en municipios rurales, contribuyendo a frenar la despoblación rural. Para ello sus integrantes han creado un “espacio test agrario”, espacios que ofrecen un acompañamiento completo y progresivo en la instalación de nuevos agentes al sector agrario. En el caso de Haztegia, han creado un espacio de emprendimiento en horticultura ecológica en el que las personas interesadas podrán experimentar su proyecto durante un periodo de 3 años, al cabo de los cuales entrarán nuevas personas emprendedoras.
También en la Mancomunidad de Andia en Navarra, en riesgo de despoblación por el alto envejecimiento y la falta de relevo generacional, la Asociación para el Desarrollo Rural Zunbeltz LGE busca la consolidación de un espacio de “prueba”: el “espacio test agrario”, ya constituido en forma de proyecto piloto, que está en disposición de apoyar la instalación de un número determinado de futuros ganaderos y ganaderas para impulsar el relevo generacional en la zona, de acuerdo a principios de colaboración, economía circular y a la conservación de los valores naturales.
Si bien actualmente las administraciones públicas destacan la importancia de la digitalización del sector agroalimentario para mejorar su impacto, muchos de estos esfuerzos están centrados en la agricultura 4.0, con prácticas como el uso de drones o sensores que en gran medida no se encuentran alineadas con la situación real y la escala de las iniciativas de alimentación sostenible. Por esta razón, la Fundación apoya una línea de trabajo centrada en diseñar procesos de digitalización específicos para el sector agroecológico con iniciativas que demuestran que, con herramientas digitales adaptadas, el sector tiene un amplio potencial para afianzar el salto de escala de la alimentación agroecológica.
Plant on Demand nació para acercar la tecnología más avanzada al mundo de la agroecología y la producción local, acelerando así la transición a modelos de producción y consumo más sostenibles y éticos. Su tecnología permite que productores ecológicos y agrupaciones de productores puedan digitalizar sus operaciones y ganar en eficiencia y competitividad, con herramientas de e-commerce, facturación, gestión de pagos, trazabilidad, gestión logística y picking. Esta misma tecnología, además, facilita la gestión de Food Hubs (centros logísticos y de acopio) donde los productores de una misma región pueden centralizar el reparto y venta de productos, distribuyéndolos a colegios, hospitales, familias o restaurantes. Su facturación en 2021 (su primer año en el mercado), que ascendió a 67.000 euros, y sus contratos de más de 300.000 euros en 2022, respalda la validez de su modelo.
Para colectivos grandes como los que gestionan comedores, grupos de consumo o comercios minoristas existen plataformas como Ekoalde: una agrupación de productores/as y elaboradores/as de alimentos ecológicos de Navarra que facilita que diferentes productores centralicen sus productos, además de crear un catálogo conjunto, organizar la distribución y ofrecer un excelente servicio comercial y logístico, impulsando el desarrollo rural y contribuyendo a la viabilidad del sector primario dignificando la labor de los/as productores/as locales y conectándolos con los consumidores a través de esta plataforma digital y el catálogo conjunto.
Los supermercados cooperativos desempeñan un papel fundamental en la sostenibilidad de la cadena alimentaria al establecer una conexión directa entre los agricultores, sus productos y los consumidores, quienes también participan activamente en las decisiones del supermercado.
En este sentido, LA OSA es un supermercado ubicado en Madrid en el que las personas consumidoras toman las decisiones más importantes, como la estrategia, los precios que se establecen y cómo se compra. Para formar parte de este establecimiento solo es necesario hacerse socio del supermercado-cooperativa. Sus integrantes cuentan con un modelo de autogestión que permite reducir los costes de funcionamiento del supermercado. Además, los márgenes que manejan son más bajos que en la mayoría de comercios similares, lo que les permite ofrecer unos precios accesibles en una amplia gama de productos. Es inclusivo, ya que ofrecen productos que cubren las necesidades y las elecciones de consumo.
Con más de 1.800 referencias, el supermercado cooperativo A Vecinal se plantea dar un salto a la venta online para comercializar también sus alimentos y productos ecológicos y no ecológicos, pero de cercanía, por este canal en el que se contempla un punto de recogida en las propias instalaciones. El supermercado abrió hace aproximadamente cuatro años en Zaragoza con una firme apuesta por la venta de alimentos y productos ecológicos y no ecológicos, pero de cercanía y proximidad.
Estos ejemplos de proyectos reales y exitosos muestran cómo es clave que existan consumidores concienciados, para dar sentido al trabajo de los agricultores, sus producciones y la elección de prácticas sostenibles. Toda una cadena en la que cada eslabón es crucial para articular una agricultura comprometida con el presente.