La tecnología de extracción con CO2 supercrítico posibilita la aparición de nuevos productos ecológicos basados en ingredientes que, mediante procesos extractivos convencionales, no podrían alcanzar esta acreditación. El sector español de productos ecológicos alcanza un volumen de negocio superior a los 1.500 millones de euros, y España es el primer productor de alimentos ecológicos de la UE.
La demanda de productos ecológicos o bio, de origen natural basados en procesos sostenibles y libres de pesticidas o productos químicos, ha crecido significativamente en nuestro país en los últimos años. España es el séptimo país europeo donde más alimentos bio se consumen después de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Suiza y Suecia, según la asociación ecológica Ecovalia. Estos datos se atribuyen a una mayor concienciación de los consumidores con el medio ambiente y la calidad de los productos alimenticios que incluyen en su dieta, un aumento de su producción, la reducción de precios debido a la disminución de intermediarios, avances en la distribución...
Para dar una respuesta a las preferencias de los consumidores, la industria agroalimentaria debe acreditar que tanto los alimentos que producen, como los procesos que emplean en la obtención del producto final, se realizan mediante sistemas de producción ecológica certificada.
En esta línea, la tecnología de extracción con CO2 supercrítico es un proceso inocuo y respetuoso con el medio ambiente, que constituye una alternativa capaz de ofrecer elevados niveles de recuperación de extractos sin emplear disolventes orgánicos, ni temperaturas que puedan dañar los productos. Entre las aplicaciones de esta tecnología destacan: la extracción de grasas, aceites, colorantes naturales, sabores e ingredientes activos, etc.
Asimismo, el CO2 supercrítico se utiliza para eliminar plaguicidas, impurezas, trazas, olores desagradables…, de diferentes productos o materias primas. Todas ellas de alto valor para la industria alimentaria y de ingredientes, además de para la industria cosmética, nutracéutica y farmacéutica.
Esta tecnología posibilita también la aparición de nuevos productos ecológicos basados en ingredientes que, mediante procesos extractivos convencionales, no podrían alcanzar esta acreditación. Como ejemplo, algunos productos que podrán acreditarse como bio o eco son:
En esta línea, el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana ha concedido a AINIA el certificado de producción ecológica para desgrasado de productos vegetales y obtención de extractos naturales mediante la aplicación de tecnología CO2 a presión o CO2 supercrítico, procesos que se realizan a maquila en la planta industrial Altex.
Para Miguel García, jefe del departamento de fluidos supercríticos de AINIA, “se acredita así que los productos han sido producidos siguiendo las normas de la certificación ecológica y controlados durante su proceso de producción”.
El incremento en el consumo de productos ecológicos o bio ha impulsado la aparición de numerosos establecimientos y portales de venta online especializados, y el desarrollo de nuevas líneas de producto que van ganando espacio en supermercados y comercios convencionales, y que sitúan las cifras de negocio en España de productos ecológicos cerca de los 1.500 millones de euros. Este crecimiento viene respaldado por una superficie de agricultura ecológica certificada en España cercana al 17%, de los 11,2 millones de hectáreas de estos cultivos que hay en toda Europa, lo que sitúa a nuestro país en el primer lugar de la Unión Europea.
Contacto de prensa: Antonio Rodríguez