Quedaos con esta palabra: basuraleza. No la leeréis en el diccionario de la RAE (¡de momento!), pero su composición es tan atinada que merece hacerse un hueco en nuestras conversaciones. Si la sociedad la adopta, los señores académicos no tendrán más remedio que aceptarla, ¿no es así, señor Pérez-Reverte? El palabro es tan bueno que se explica solo: el abandono de residuos en el medio natural. Lo mismo sirve para el desaprensivo que descarga escombros en cualquier descampado que para el descuido de quien deja a su aire una bolsa o una botella de plástico en la playa. La invasión de la naturaleza por las basuras que tiramos alegremente es un problema medioambiental tan importante que merecía una denominación propia.
El término 'basuraleza' no nace por casualidad. Fue anunciado con motivo del Día Mundial de la Vida Silvestre por el proyecto Libera, la iniciativa de SEO/BirdLife y Ecoembes para 'liberar' la naturaleza de basura. Libera comenzó utilizando el término inglés 'littering', que significa 'abandono' pero que también tiene otras traducciones, y además ha resultado poco apropiado para la divulgación social, así que se decidió buscar una denominación nueva y 'ad hoc'. Tras consultar con investigadores y expertos especializados en biodiversidad, surgió basuraleza.
La basuraleza no es solo un problema estético. Detrás del abandono de residuos de todo tipo en campos y playas emerge una catástrofe ecológica que afecta a entre 800 y 1.400 especies solo en los ecosistemas acuáticos. Os resumo algunos datos relacionados con la degradación de espacios naturales mediante la funesta costumbre de arrojarles colillas, latas, desechos de plástico y todo tipo de objetos:
“El abandono de residuos en entornos naturales se ha convertido en una catástrofe ambiental de dimensiones abrumadoras que afecta no solo a la flora y fauna, sino también al ser humano. Con basuraleza queremos intentar llegar a toda la ciudadanía, que comprendan la gravedad de esta problemática que ya está presente en cualquier ecosistema del planeta. Estamos todavía a tiempo, hay solución. Así, desde Libera hemos querido, a través de una palabra que no está en el diccionario, seguir trabajando a través de nuestros pilares, ya que la solución a este problema no solo es necesaria, sino también factible”.
Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes.
“La basuraleza está lejos de ser un problema meramente estético o secundario. Aunque queda mucho camino por recorrer en el ámbito científico, la evidencia es incontestable: estamos ante una catástrofe ambiental que requiere de acción de todos. Todo es ciudadanía, sectores productivos y administraciones en todos los niveles, desde el local al internacional. La basuraleza no es solo la escombrera ilegal o la isla de plástico del Pacífico. Es cada colilla, cada papel de aluminio para el bocata o cada envoltorio que se abandona en la naturaleza”.
Federico García, responsable del área social de SEO/BirdLife
Por Miguel Ángel Ruiz para Los pies en la tierra.