La Comunidad Valenciana es un territorio muy vulnerable al cambio climático tanto por el aumento de temperaturas –la primavera de 2023 ha sido la más cálida desde 1950- como por la disminución de las precipitaciones.

Esto puede tener un impacto muy negativo en la agricultura, la pesca y el turismo, pilares económicos de la región, además de en los ecosistemas costeros. Pese a esto, buena parte de la juventud universitaria de la región no ha oído hablar nunca de la transición energética: solo el 72% de la juventud encuestada para un estudio realizado por la Universidad de Alicante para Ayuda en Acción indica que ha oído hablar sobre ella. Además, reconocen que su nivel de conocimiento sobre el tema es medio-bajo.

La juventud universitaria sí que muestra un nivel alto de preocupación por el medioambiente de 5,4 sobre 7, siendo significativamente mayores para las mujeres en comparación con los hombres (5,70 frente a 5,27). En relación con ello, la aceptación de las políticas de transición energética que se están llevando actualmente en España es media-alta.

La encuesta también refleja que la juventud universitaria valenciana siente más emociones positivas que negativas respecto a la transición energética, destacando la preocupación (en caso de los hombres) y la esperanza (en caso de las mujeres) como las emociones más prevalentes.

Aunque está demostrado que las mujeres son más vulnerables a los impactos negativos del cambio climático, especialmente aquellas pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos debido a su rol tradicional en la sociedad y la distribución de roles de género y responsabilidades, la inmensa mayoría de la juventud encuestada no lo percibe así. Casi un 95% de los hombres y un 83% de las mujeres creen que los costes asociados a la transición energética los sufren ambos sexos por igual. Eso sí, las mujeres sí que perciben un beneficio de la transición significativamente mayor que los hombres.

Preocupación y poca acción

Pese al nivel elevado de preocupación, la juventud valenciana universitaria es más propensa a llevar a cabo comportamientos proambientales en la esfera privada (por ejemplo, ahorro de energía o agua), pero son escasas las acciones de activismo proambiental en la esfera pública (activismo medioambiental), que son llevadas a cabo principalmente por mujeres.

La juventud, que tiene en su imaginario del activismo proambiental a una mujer u hombre joven, con estudios universitarios, desconoce prácticamente a mujeres destacadas en el activismo medioambiental en España, si bien existe un conocimiento sustancial de personalidades internacionales como Greta Thunberg.

Necesidad de mayor concienciación

Todo lo anterior sugiere la necesidad de mejorar la comunicación y la educación sobre la transición energética en España para que las y los jóvenes puedan comprender mejor cómo se está desarrollando este proceso y tomar decisiones informadas. En este sentido, resulta importante mayores acciones de concienciación. Y justo este objetivo tiene el proyecto Just1planet, programa donde se enmarca el estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Alicante. El proyecto, financiado por la Generalitat Valenciana, está orientado a fomentar la ciudadanía activa de las y los jóvenes en la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los ODS, con un enfoque de género y derechos humanos y a través de una metodología participativa.

 

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