“Si todos ganan, tú ganas” es el concepto filosófico africano en el que se basa Ubuntu, hace referencia a la ética y la colaboración entre las personas y que sirve como título del juego de mesa que ha lanzado una cooperativa valenciana para “sensibilizar e informar de forma lúdica y divertida” sobre el medio ambiente.
Ubuntu nació durante el confinamiento impuesto por la crisis sanitaria como un juego de mesa «para nosotros mismos”, ha explicado a Efe Nuria Díaz, ambientóloga y socia fundadora de EcoEvent, una empresa dedicada a la consultoría, gestión y organización de actividades sostenibles, cuya labor estaba, antes de la aparición del coronavirus, muy ligada al sector cultural y en concreto a los grandes festivales de música en España.
“Gestionábamos campañas de recogida de selectiva en estos festivales, pero de la noche a la mañana la actividad cesó y nuestro futuro inmediato se volvió bastante incierto”, recuerda Díaz.
Durante la época de restricciones e inactividad, las personas del equipo desarrollaron Ubuntu como un pasatiempo, pero se dieron cuenta de las posibilidades de este juego de mesa cuando “llevábamos más de 600 preguntas y cuatro meses invertidos en trabajo e investigación” y fue entonces cuando se plantearon lanzarlo públicamente, encargando el diseño artístico a Jai Hernández (JotadeJai).
Trasladar la colaboración al juego
Cada jugador debe responder preguntas centradas en temas sostenibles de cuatro apartados generales –Economía y política, Cultura, Medio ambiente y Sociedad– para ir avanzando casilla a casilla hasta completar los Objetivos de Desarrollo Sostenible personales en su cartón.
Conforme los jugadores terminan su cartón particular, se unen a otros “hasta que al final todos forman un único equipo y todos ganan o todos pierden”, relacionando así la situación con la sociedad actual.
Desde un principio, Ubuntu fue diseñado eliminando la competitividad porque “no queríamos rivalidades entre los jugadores, pues eso es lo contrario a lo que buscamos: O todos aportamos nuestro pequeño granito o la llevamos cruda”, asegura Díaz.
Llegar a más ciudadanos
Esta iniciativa pretende constituir no sólo una manera de divertirse sino una herramienta de educación ambiental ya que “jugando, todo esto puede calar en mucha más gente, llegar a más ciudadanos”.
Con el fin de financiar el proyecto, sus creadores han lanzado una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma Goteo, “una página menos conocida que otras como Verkami, pero que cuenta con un perfil social, algo relevante por ser un proyecto centrado en la sensibilización”, ha explicado Díaz.
Además, este modelo de financiación es “una manera de testear la acogida que podría tener nuestro juego en el mercado”, aunque lamenta que “a veces no se tiene el retorno directo” en referencia a la acogida recibida en relación con el esfuerzo para que la campaña salga adelante.
Su objetivo es alcanzar un mínimo de financiación de casi 13.000 euros antes de que finalice el tiempo fijado en Goteo, para poder ampliar el plazo y aspirar a la cifra que consideran óptima para la consecución del proyecto: en torno a los 25.000 euros.
Fuente: Verde y Azul