Environmental Defense Fund, una de las principales organizaciones internacionales y medioambientales sin ánimo de lucro, ha publicado un nuevo estudio en el que muestra cómo la reducción inmediata de las emisiones de metano, aunque el proceso sea gradual, podría ayudar a preservar el hielo marino del Ártico en verano durante este siglo.

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Otros estudios realizados anteriormente ya alertaban sobre la desaparición del hielo marino del Ártico en la época estival, si no se tomaban medidas climáticas oportunas. Ahora, los nuevos resultados sugieren que la acción inmediata para reducir las emisiones potentes y contaminantes del metano, junto con los recortes drásticos de dióxido de carbono (CO2), podría ayudar a preservar el hielo hasta 2100 y más allá.

Este estudio es uno de los primeros en analizar cómo la mitigación del metano afecta a elementos críticos del sistema climático, más allá del aumento de la temperatura. Según el mismo, si se alcanzan las emisiones netas de CO2 para el año 2050 (conforme a los objetivos del Acuerdo Climático de París) y se reducen rápidamente las de metano por medio de la adopción de todas las soluciones disponibles, las posibilidades de salvar el hielo marino en verano durante el siglo XXI podrían pasar de llegar “casi” al cero, en el caso de que se tomase ninguna medida, a más del 80%.

La reducción de las emisiones de metano en la actualidad representa una gran oportunidad para ayudar a frenar el calentamiento global", apuntó Tianyi Sun, autor principal del estudio. "Reducir rápidamente las emisiones del metano, junto con el CO2, es nuestra mejor oportunidad de preservar el hielo marino del Ártico durante nuestra vida y de cara a las futuras generaciones. Es nuestro deber hacer ambas cosas".

Preservar el hielo marino del Ártico es crucial para evitar algunos de los efectos más perniciosos del calentamiento del clima que, según un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se están produciendo mucho más rápido que nuestra capacidad de adaptación.

Para los expertos, la importancia de conservar el hielo marino estival del Ártico reside en que, no sólo es vital para las comunidades y los ecosistemas del Ártico, sino también porque su ausencia puede acelerar rápidamente la velocidad del calentamiento global. La principal razón se debe a que la pérdida del hielo marino brillante y reflectante expone una superficie de agua más oscura, que absorbe más luz solar y genera un calentamiento adicional. Además, el calentamiento de la región ártica también contribuye a la descongelación del permafrost, que puede añadir más
metano y CO2 a la atmósfera, aumentando así el riesgo de un futuro calentamiento.

La importancia del metano para el hielo marino

La rápida disminución del hielo marino del Ártico en verano se debe al aumento de la temperatura en esta zona, cuya velocidad es tres veces mayor que en el resto del planeta. Según el IPCC, las emisiones de CO2 y de metano son probablemente los principales responsables de la desaparición del hielo marino del Ártico.

El metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante en La Tierra, después del CO2, además de ser el responsable de más del 25% del calentamiento global actual. En las próximas dos décadas, el metano que se emite hoy capturará 80 veces más calor que una cantidad equivalente de CO2. Por eso, la importancia de la reducción del metano es clave para frenar el calentamiento y reducir así el riesgo de perder el hielo marino del Ártico durante los meses de verano.

El estudio realizado forma parte de un conjunto de investigaciones con el fin de destacar los importantes beneficios y la reducción inmediata del metano. Anteriormente, otras investigaciones apuntaban a que una disminución rápida de las emisiones podría reducir la velocidad del calentamiento en un 30%.

Cómo afecta el hielo marino del Ártico en verano al clima, los ecosistemas y la política

Alrededor del 40% del hielo marino del Ártico en verano ha desaparecido desde 1979 (año en que se empezaron a llevar a cabo los primeros registros). Tras esto, por cada década que pasa, los expertos advierten de que alrededor del 13% del hielo marino va desapareciendo. Las estimaciones recientes sugieren que, para el verano de 2030, el hielo podría desaparecer por completo.

La posibilidad de plantear un escenario con un Ártico estacionalmente libre de hielo podría tener importantes implicaciones para el clima mundial. Según una investigación reciente, si el Océano Ártico se queda sin hielo marino durante la parte soleada del año, esta podría generar el mismo calor que 25 años de emisiones de CO2 de origen humano al nivel actual.

La conservación del hielo marino mantiene el hábitat de las morsas, los osos polares y otros animales salvajes del Ártico, mientras que sirve como fuente vital para la caza y la pesca entre las comunidades indígenas de esta zona. Adicionalmente, ayuda a evitar las complicaciones geopolíticas que pueden surgir del acceso abierto a las vías navegables del Ártico.

Respuesta global y soluciones para el metano

En la última conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, los líderes mundiales de más de 100 países se comprometieron reducir las emisiones mundiales de metano en un 30% por debajo de los niveles de 2020 antes de 2030, una medida prometedora con el fin de ayudar a responder a la crisis climática.

El origen de las mayores fuentes de emisiones de metano procede, no solo de la ganadería sino también de los equipos con fugas relacionados con la producción, el procesamiento y el transporte tanto de petróleo como de gas, además de la materia orgánica que se descompone en vertederos. Sin embargo, las reducciones de metano más asequibles pueden llevarse a cabo en las instalaciones de petróleo y gas.

No en vano, la Agencia Internacional de la Energía calcula que la industria del petróleo y del gas podría reducir el 75% de su metano con las tecnologías existentes, y más del 40% podría aplicarse sin coste neto, ya que al detener las fugas de gas se preserva el producto para la industria.

Los avances en la tecnología de detección de metano -incluidos los satélites de localización actuales y futuros- también facilitarán y agilizarán el emplazamiento y la reparación de las mayores fugas de metano de la industria del petróleo y el gas.

Por último, el estudio deja claro, sin embargo, que las herramientas y tecnologías para la reducción de metano que están disponibles en la actualidad pueden suponer un avance significativo para preservar el hielo marino del Ártico en verano y reducir así el ritmo del calentamiento global si se empiezan a utilizar ya.

 

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