En el aire, ya se sabe, hay partículas en suspensión y por el aire, también se sabe, desde mucho antes que los aviones, transitan las aves, animales volátiles por los que siempre se ha interesado a la ambientóloga Silvia Espín. Ahora, como investigadora, los utiliza como centinelas de la polución atmosférica, ya que le proporcionan información sobre los niveles contaminantes que persisten en el aire que respiran, que es casi el mismo que el de los humanos. Esto convierte dicha información en triplemente útil: para la salud humana, para la conservación de las propias aves y para alertar de los riesgos que pueda suponer para el medio ambiente. Sobre este importante y atractivo tema versó la tesis doctoral de Silvia -por la que mereció el primer Premio Extraordinario- quien en la actualidad continúa su investigación en la Universidad de Turku (Finlandia).
Fotografía: La Verdad
¿Por cuánto tiempo?
Mi contrato termina en 2017.
¿Y después?
Después no sé lo que será de mí.
Pero sí sabrás qué te gustaría...
Trabajar en la Universidad de Murcia.
Ahora está crudo...
Ya, ya, sé que es difícil, sí... Pues si no puede ser, probablemente pediré otra beca/proyecto que me permita continuar con mi investigación en otro lugar. Tengo esperanza de que la situación mejore en España, que se apueste por la investigación y pueda volver a la Universidad de Murcia.
¿Porque es la de tu tierra?
No solo porque es la de mi tierra, sino porque su grupo de Toxicología y Veterinaria Forense, con el que he tenido la suerte de trabajar, es pionero en España y uno de los referentes en Europa en el uso de fauna silvestre (principalmente aves) para estas aplicaciones... Me gusta la investigación que llevo a cabo, mis compañeros, mis jefes... He recibido mucho de esa universidad y me agradaría devolverle algo aportándole los conocimientos que haya adquirido.
Puede que también influya la añoranza. ¿Qué tal te va en Finlandia?
Estoy disfrutando mi experiencia en Finlandia, aprendiendo mucho y conociendo mucha gente, pero la sensación es de tener que moverte contínuamente y no estar nunca tranquila. Te cuesta hacer planes de futuro y, por supuesto, siempre estás pensando en lo que dejas en tu país, especialmente tu familia y amigos. Es una pena que esta línea de investigación se vea ahora tan mermada económicamente. De hecho la falta de financiación es lo que me ha obligado a emigrar.
[Desde su residencia en Turku y a través de la pantalla (nos comunicamos por videollamada) Silvia crea pronta empatía. Su permanente sonrisa, que a veces convierte en risa abierta, invita a una conversación distendida, de amigos, en la que da muestras de vivir con sentido común. Tiene claro lo que quiere y las dificultades que entraña. Por eso no descarta su particular plan B. Huye de las ilusiones, no juzga a través de su propio ego, sabe escuchar y es prudente lo que, ayudada por su cualidad de investigadora, le configura la actitud alejada de la cultura de lo inmediato. La plática deriva hacia la comparación de modos de vida y climas («aquí hay muchas nubes y poco sol») durante la que el periodista advierte una cierta nostalgia, mitigada por la presencia junto a ella de su pareja. Así que para no provocarle morriña, volvemos a lo profesional.]
¿Con qué especies de aves trabajáis?
Principalmente con aves situadas en posiciones altas, como las rapaces, que nos sirven de modelos para comprender situaciones parecidas de exposición y efecto en el ser humano, que alertan del riesgo que suponen determinados contaminantes. Hemos utilizado sangre de aves, como el búho o el buitre, para estudiar posibles efectos adversos sobre el sistema antioxidante celular. Los resultados muestran que determinadas enzimas parecen ser buenos biomarcadores. Nuestra investigación tiene muchas aplicaciones prácticas.
¿Os hace caso la sociedad?
El trabajo científico y de investigador está poco valorado socialmente, sobre todo, y de lo que yo conozco, en España.
¿Y fuera de España?
Precisamente ahora que vivo en Finlandia noto más lo poco que se apuesta en España por la investigación. Aquí diferentes instituciones y fundaciones proporcionan ayudas para desarrollar proyectos de investigación en diferentes ámbitos. Además tienen ayudas especialmente dirigidas a jóvenes investigadores para que puedan comenzar a liderar sus propios proyectos. Me pone muy triste esta situación porque nos obligan a salir... ¡Me están echando de mi país...!
[Por muchas veces que se diga, y aunque logre confundir, una mentira seguirá siendo mentira. Por la misma razón, una verdad seguirá siendo verdad aunque se repita muchas veces y canse a algunos. La verdad que hoy vivimos en España, y muy concretamente en la Región de Murcia, es que empleamos millones de euros en formar investigadores y que muchos de éstos dan luego sus frutos en el extranjero. El ejemplo más doliente que esta sección ha recogido es el del catedrático de Bioquímica José Neptuno, cuyo equipo de investigación patentó una nueva terapia contra el cáncer de piel, la cual se está desarrollando clínicamente en Inglaterra porque el Ministerio de Educación español cortó el grifo de la financiación. Para España el descubrimiento, para Inglaterra el fruto. Sangrante. Recordatorio: «Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia».]
A Silvia Espín Luján (Murcia, 1985) siempre le ha gustado la fauna. Cuando comenzó la carrera pensaba en ser profesora, pero durante una clase que dieron le llamó la atención el uso de las aves para prevenir la contaminación y le captó esa línea de investigación, un trabajo para el que no necesita que nadie le empuje.
Está licenciada en Ciencias Ambientales y cuenta con un curso de Aptitud Pedagógica y un máster en Gestión y Sanidad de la Fauna Silvestre y doctora (primer premio extraordinario y mención de doctora internacional) por la Universidad de Murcia. También hizo un máster Internacional en Toxicología (Sevilla) y tras obtener sendas becas estuvo en centros de Tromsø (Noruega) Lancaster (Reino Unido) y la Universidad de Turku (Finlandia), donde se le abrieron las puertas para el contrato que ahora tiene, que incluye la impartición de docencia.
Durante su carrera investigadora ha publicado una decena de artículos en revistas internacionales de alto impacto. Es autora de 3 capítulos en la última edición de la Enciclopedia de Toxicología de Elsevier y ha presentado 21 comunicaciones en congresos nacionales e internacionales. Además ha organizado dos conferencias del programa Eurapmon (Investigación y Monitorización para y con Rapaces en Europa), la última de las cuales la traerá a Murcia, donde presentará los últimos resultados de su investigación. Tiene pareja y domina el idioma inglés.
Fuente: La Verdad.