Emprender, según el Diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción es: "acometer y comenzar una obra, un negocio o un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro". Por tanto, atendiendo a la lingüística pura, sabemos a lo que nos atenemos si emprendemos: trabajo duro y con grandes riesgos. Vivir para emprender o Emprender para sobrevivir.
Más de la mitad de los jóvenes españoles están desempleados y más del cuarenta por ciento, estarían dispuestos a marcharse al extranjero según la encuesta Generación Milenio elaborada por Telefónica. Dos tercios de los encuestados aseguran que la solución al problema sería emprender, sin embargo, la mayoría parecen decir: "pero que emprendan otros" dado que solo un veintisiete por ciento se ven apostando en una aventura que puede "encerrar dificultad o peligro". De los jóvenes que emprenden, tres cuartos lo hacen cuando dan con una oportunidad de negocio, y el resto por la necesidad de generarse un empleo.
El gen emprendedor
"Hoy mismo he tenido el placer de compartir una charla sobre la Ley de Emprendedores en una universidad pública con los alumnos de último curso de Administración de Empresas y solo uno de cada diez alumnos quiere ser empresario. Imagina si hablamos de ingenieros, abogados, médicos, etcétera". Son palabras de Antonio Manuel García Martín, Ingeniero en Organización Industrial, Profesor y Director del Curso Superior en Gestión y Creación de Empresas de CFE. Esta afirmación se ajusta a las acusaciones que se nos hace desde los organismos internacionales, que hablan de una educación en el emprendimiento muy deficiente en España.
¿Hay un gen emprendedor que en España escasea? "Ante la misma oportunidad no todo el mundo reacciona, o no reacciona, igual." Ana Isabel Alcántara Avis, fundadora de www.ibizagrove.com zanja así el tema. Cristian Salvador, del departamento de Calidad de Tiendalista, desarrolla la cuestión: "En mi opinión hay tres tipos de emprendedores, los que lo llevan en los genes porque en su familia ha habido emprendedores, el que lo hace por necesidad y al que le sale de dentro. Creo que de estos tipos de emprendedores, el primero es el que mejor prevenido está, puesto que tiene grandes asesores y ha podido "mamar" desde pequeño ese mundo. No obstante, si una persona decide ser emprendedora, siempre que sea constante, tenaz y no le asusten los retos, puede triunfar. Además de una gran idea comercial, hacen falta esas tres características: constancia, tenacidad y falta de miedo".
Emprender exige conocer el mercado y para ello es interesante "meter la nariz" que decían las abuelas, con un contrato o con una beca. Y si esto no es posible –y aunque lo sea– debemos aprovechar el momento para formarnos, como nos dice Eduardo Prieto Valdivieso, Ingeniero Aeronáutico y Consultor en I+D+i: "considero que ahora más que nunca la formación se está revelando como el único camino para conseguir progresar a nivel personal y laboral. Cada vez las sociedades se están volviendo más competitivas y están llenas de grandes profesionales que ofrecen servicios especializados en mercados dinámicos con consumidores más maduros. Actualmente el mercado laboral exige gente que se adapte fácilmente a un paradigma en constante cambio. La formación es una pieza clave en este cambio de modelo productivo".
Si Cristian Salvador hablaba de constancia, tenacidad y valentía para afrontar un reto empresarial, Manuel García Martín habla de instinto de oportunidad: "ahora es el momento adecuado. No podemos esperar más, no hay que tener miedo. Las otras salidas son dedicar tu vida a ser becario o huir a otros países del entorno. Y no es más fácil fuera". Por su parte Xandra Cuesta Pérez, Técnico en el Departamento de Prevención, Calidad y Medio Ambiente de la Asesoría ADHIR, introduce una nueva variable, la aceptación del fracaso: "hay empresarios que han triunfado sin experiencia y otros que han fracasado con ella, y sobre todo, hay empresarios que han triunfado después de fracasar. Por eso es importante no desistir aunque se falle, porque de los errores también se aprende".
¡Yo no puedo emprender!
"Sin duda a la juventud española nos abordan con constantes mensajes que pretenden calar en nuestra conciencia emprendedora. Las administraciones públicas intentan fomentar esa conciencia como método para la creación de empleo y de valor añadido, además de para ajustar sus cuentas fiscales vía obtención de más tributos e impuestos". Esto nos lo dice Eduardo Prieto. Sí, desde que la crisis afiló las uñas, casi cada día alguien nos dice cosas como: "emprende", "pon en marcha tu idea", "¿has pensado en el auto-empleo?". Si nos decidimos a poner sobre papel nuestra idea empresarial, esta acabará casi siempre en el contenedor azul con dos anotaciones en rojo que la hacen –en principio– inviable: ni tengo experiencia ni tengo financiación.
La experiencia
Poco podemos hacer ante el actual mercado laboral. No solo no tenemos trabajo, también estamos perdiendo un tren. Cuando se genere empleo, la sociedad deberá afrontar el problema de dar salida laboral a toda una generación muy formada, mayor para competir por título con los recién licenciados y sin destreza profesional suficiente como para pugnar con los veteranos. Y es aquí cuando recordamos otro mantra: "sigue estudiando", "no permitas que te echen del mercado", "especialízate"... Conviene que escuchemos. Quizás en la carrera nos movimos por vocación, y ahora debemos elegir con la razón, y más si tenemos en mente poner en marcha una empresa: "A falta de oportunidades laborales –nos dice Xandra Cuesta Pérez–, la formación siempre será una buena opción, siempre que sea de calidad y tenga un enfoque teórico y en la medida de lo posible práctico".
Todos hemos visto como unas prácticas laborales pueden convertirse en un puesto de trabajo mal remunerado. Sin perder nunca el norte, incluso de estas situaciones debemos sacar provecho y empezar a medir la remuneración por puntos de experiencia. Eduardo Prieto Valdivieso señala: "Considero que todas las personas, tanto jurídicas como físicas, nos movemos por intereses. La clave consiste en encontrar situaciones win-win donde se maximice el beneficio total de los interesados. Las empresas requieren de trabajadores cualificados que realicen el trabajo para generar ingresos, siendo las empresas la mayor fuente de generación de riqueza. Cuando las condiciones son claras, las relaciones pueden ser duraderas y parte del beneficio de trabajar por cuenta ajena es el know-how que adquieres".
La financiación
Si suplimos experiencia con formación, llega el momento de poner sobre papel nuestro proyecto: "Siempre he pensado que es necesaria la planificación. La formación nunca sobra, aunque sí es cierto que debe ser adecuada al perfil del estudiante. Las nuevas profesiones y la inversión realizada en ellas debe ser coherente con los objetivos de desarrollo de la persona". Son palabras de Antonio Manuel García Martín, que añade: "Insisto, debemos formarnos en las habilidades que nos exige ser empresario. No es fácil y requiere esfuerzo. Debemos apoyarnos en las Escuelas de Negocio y dejarnos asesorar por profesionales. No debemos enamorarnos de nuestra idea de negocio, debemos escribirla y compartirla, en definitiva, realizar un Plan de Viabilidad ajustado a la realidad".
¿Es la falta de dinero el motivo por el cual en España se emprende poco? Ana Isabel Alcántara Avis no ve ahí el problema: "La causa es que se ponen trabas por todos lados. Nosotros hemos montado una miniempresa y nos ha costado mucho esfuerzo. No hay ayudas para emprendedores y además las tasas que hay que pagar son muy altas. Es normal que seamos uno de los países con menos emprendedores, aunque seamos uno de los países con más potencial".
Según Antonio Manuel García Martín, la nueva Ley de emprendedores pretende poner fin a situaciones como las vividas por Ana Isabel en su aventura: "Las ventajas son innumerables, fiscales, Seguridad Social, mercantiles, laborales. Por ejemplo establece un cambio en la Ley Concursal y define una nueva figura mercantil, el Emprendedor de Responsabilidad Limitada".
Acabamos con una reflexión de Eduardo Prieto, que quizás anime a más de uno: "Cada individuo somos una empresa unipersonal con nuestro departamento de dirección, compras, ventas, marketing, contabilidad... Pasar de ahí a formar una empresa es solo dar el salto".
CFE, Compañía de Formación Empresarial responde: ¿Se puede emprender sin experiencia?
Se puede adquirir formación que garantice un período de experiencia empresarial. En CFE, todos los alumnos en situación de desempleo o que buscan un giro laboral, tienen garantizado un período de práctica empresarial que les permite desarrollar la capacitación adquirida en los programas Máster.
¿La formación es un buen sustituto a la experiencia laboral?
La mejor opción es decantarte por una formación que lleve incorporada la garantía de la experiencia profesional en una empresa. Los máster de CFE garantizan prácticas en empresa a sus participantes.
¿Cuáles son las claves para acertar con una idea?
Adquirir una formación práctica que permita al joven emprendedor afianzar conocimientos y sentirse seguro en el procedimiento que hay que llevar a cabo para conseguir un objetivo empresarial. Desde CFE se aplica conocimiento práctico mediante la transmisión de experiencia que permite al participante adquirir las habilidades necesarias para conseguir éxito profesional. Curso Superior de Gestión de Empresas de CFE.
Fuente: CFE, Compañía de Formación Empresarial.