La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente echa el cierre
La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente cesa en su actividad de honrar la obra del gran arquitecto del medioambiente español que lleva por nombre (Burgos, 1928-Alaska, 1980). Irónicamente, en estos días se pulverizan doce años de trabajo, en peligro de extinción como sus queridos linces ibéricos u osos del cantábrico. De tener 25 empleados y ser un interlocutor del ambientalismo español, ha pasado a tener una única trabajadora, la propia Odile, hija de Félix. Ya no tienen ni sede. Ella misma hace una gestión básica de la web de la fundación desde su casa. «Los únicos que no quieren darse de baja son los del Club de Amigos», afirma con agradecimiento pero sin esperanza, ya que no puede responder a la deuda de 1,1 millones de un contrato-préstamo firmado con el Ministerio de Industria.