Los RAEE buscan su sitio en Extremadura
Tras la pared blanca del frigorífico hay un aislante tóxico y su compresor, esa pieza oscura que hay detrás, contiene un aceite contaminante; la pieza principal de un microondas también es nociva para la naturaleza, igual que el gas refrigerante de los aparatos de aire acondicionado o las baterías de un ordenador. En cuanto los aparatos eléctricos y electrónicos dejan de funcionar se convierten en un agente contaminador en potencia, en chatarra perjudicial para la salud y el medio ambiente. Pero es que otros componentes como el hierro, el cobre o el plástico son aprovechables, lo que da a entender que la chatarra electrónica, cada vez más presente en rincones y cajones de nuestras casas, necesita de un sistema de gestión eficaz que revalorice lo que es aprovechable y neutralice lo que contamina. Según los últimos datos disponibles, en Extremadura estos sistemas integrales de gestión se hicieron cargo de 2,74 kilos por habitante en 2016.