A finales de los años noventa y comienzos de la década de 2000, el ecodiseño irrumpió como una disciplina de las ciencias ambientales que identificaba los problemas de la producción industrial y trataba de dar respuesta desde el cuestionamiento de los principios básicos del sistema y sus reglas. Después de numerosas experiencias piloto, que mayoritariamente partían de iniciativas públicas y académicas, las ciencias ambientales entendieron que necesitaban diseñadores de producto para poder integrar de manera eficaz las recomendaciones y mejoras en clave de sostenibilidad. Y funcionó. Los ambientólogos asimilaron la transdisciplinariedad de manera natural.
Mediante este párrafo se destaca el papel pionero de las ciencias ambientales y se extraído del artículo titulado "De la negación del cambio climático a la urgencia ecológica, ¿qué ha ocurrido? - El medioambiente nos apremia a actuar ya, y tanto la arquitectura como el diseño están respondiendo con la incorporación de criterios de sostenibilidad que, esperemos, serán el estándar del futuro."