Cuidar el planeta es tarea de todos los seres humanos. Con motivo del Día Internacional de la Eficiencia Energética, que se celebra el 5 de marzo, la entidad líder en servicios técnicos, de seguridad y certificación a nivel mundial, TÜV Rheinland, aconseja qué pequeños gestos cotidianos se pueden llevar a cabo para reducir el impacto medioambiental sin perder la calidad de vida.
En la actualidad, necesitamos el equivalente a 1,6 planetas para satisfacer los recursos naturales que utilizamos cada año, según la Global Footprint Network (GFN). Al ritmo que llevamos, se estima que para 2030 la Humanidad va a requerir dos veces nuestra Tierra para saciar sus demandas y casi tres para 2050.
Una de las claves para reducir este impacto medioambiental, y por lo tanto luchar contra el cambio climático, es la eficiencia energética. Con el objetivo de sensibilizar a la población para realizar un uso sostenible de la energía y evitar su derroche surgió en 1998 el Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra cada 5 de marzo.
Paralelamente a todas las medidas gubernamentales y las acciones que llevan a cabo las grandes empresas, los ciudadanos pueden colaborar diariamente con pequeños actos. TÜV Rheinland, la entidad líder en servicios técnicos, de seguridad y certificación a nivel mundial, ofrece esta serie de consejos para poner en práctica que, aparte de suponer un ahorro económico, ayudan a proteger el planeta sin perder calidad de vida:
Según Jessica España, Responsable Técnico de Eficiencia Energética en TÜV Rheinland, “el cambio climático es uno de los temas candentes del momento. Deshielos polares, menos lluvias, incremento de la temperatura media… son algunos de los factores medioambientales que se han visto alterados en los últimos años. Por este motivo, el 5 de marzo es una fecha idónea para reflexionar sobre el uso racional que le damos a la energía y actuar en consecuencia”.
En ese sentido, “desarrollar energías renovables y medios de transporte menos agresivos con el medio ambiente sin renunciar a la calidad de vida, se puede conseguir con la mejora de procesos, la cogeneración, el reciclaje, el uso de productos menos contaminantes y, sobretodo, utilizando únicamente aquella energía que realmente se necesite, es decir, un consumo inteligente que vendrá acompañado de un ahorro económico”.