CV, currículum vitae, currículo, hoja de vida… No importa de qué forma lo conozcas, es el factor determinante para tener una entrevista de trabajo… o no tenerla. Recuerda que el currículum es tu carta de presentación ante un futuro empleador. Debe ser un documento de fácil lectura, pues el reclutador dedica sólo unos cuantos segundos a escanearlo para determinar si eres el candidato indicado para su vacante.
Los colores, íconos y plecas son válidos. Si tu CV es llamativo, permanecerá en la mente del reclutador.
Incluye los medios por los cuales podría localizarte un reclutador, como número fijo (casa u oficina), celular y correo electrónico. Asegúrate de escribirlos correctamente y siempre estar disponible en ellos.
Usa siempre una imagen reciente, clara, donde te veas de frente. No olvides que una sonrisa sincera y natural no está peleada con tu currículo.
Empieza por el trabajo más reciente (o actual). Indica el nombre de tu puesto, el nombre de la empresa y el período que laboraste.
Describe tus actividades en forma de lista con viñetas. Puedes resaltar en negritas algunas palabras clave que consideres importantes. De esta forma el reclutador podrá ubicar la información relevante de forma más sencilla.
Sólo indica tu último grado de estudios. Si cuentas con licenciatura, no es necesario que pongas la información de preparatoria, secundaria, etc.
Señala el nombre del curso, la institución, el período en que lo estudiaste e indica si estás titulado o no, si eres pasante o cuentas el certificado correspondiente.
Escribe las que realmente domines y cuando estés en entrevista. Recuerda que ya en la entrevista de trabajo podrás demostrar todo aquello de lo que eres capaz.
Puedes incluir el nombre del curso, la institución y el año en que lo tomaste. Esto ayuda a que el reclutador sepa que estás al día en tu área.