Tienes la oportunidad de conseguir un puesto mejor, sin embargo, hay un inconveniente: hay alguien que quiere el mismo puesto y competirá contigo. Prepárate, es hora de demostrar de qué estás hecho.
Antes de empezar, es importante aclarar que el tipo de “competencia” que se hablará en este artículo, se refiere a la capacidad de competir de forma sana; sin rivalidades negativas, envidias ni odio. Sabemos que es difícil competir sin ningún tipo de sentimiento negativo hacia tu “rival”, sin embargo, eso te dará armas para sentirte mejor, concentrarte en ti mismo y obtener una victoria limpia.
Es importante que te mentalices de la misma manera en la que lo hace un atleta: en ganar.
Estos son los 4 pasos para hacerlo:
El mejor parámetro que puedes tener eres tú mismo. Analiza tus propios recursos y los logros que has tenido en tu trabajo.
Sé honesto, ¿tienes la experiencia? ¿Te darías el puesto a ti mismo? ¿Qué características de ti mismo mejorarías? Es momento de sacar tus mejores cartas.
Trata de compararte lo menos posible con tu “rival”. A veces es inevitable, sin embargo, concéntrate en no generar sentimientos de envidia, odio o superioridad.
Tus jefes notarán tu “mala vibra” y esto puede perjudicarte a la hora del resultado final.
La competencia puede ser dura y tus compañeros pueden llevarte cierta ventaja, sin embargo, debes probar que quieres y mereces el puesto.
Si lo obtienes, felicidades, has demostrado tus capacidades y experiencia para nuevas responsabilidades. ¡Disfrútalo!
Competir no siempre se trata de ganar, sino de aprender, mejorar y conocerte a ti mismo.
¡Éxito y ve por el puesto!