No obstante, el aumento de las temperaturas no es sino un aspecto de la nueva realidad. El cambio climático está alterando el ritmo natural de las estaciones y está aumentando la frecuencia e intensidad de determinados fenómenos meteorológicos extremos, tales como las olas de calor, las sequías o las lluvias fuertes. Los cambios actuales son un anticipo de un futuro más cálido, más seco y más húmedo.
Todavía se pueden minimizar los daños. En diciembre de 2015 los gobiernos del mundo adoptaron por unanimidad el Acuerdo de París, en el que se prevén rápidas y fuertes reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero. En virtud de este Acuerdo histórico todos los países se comprometen a realizar esfuerzos ambiciosos para responder a la amenaza apremiante del cambio climático sobre la base de sus "responsabilidades comunes pero diferenciadas". En él se aborda también el apoyo financiero a los países en desarrollo, la adaptación y la resiliencia al clima, las pérdidas y los daños, la transferencia de tecnología, el fomento de la capacidad y la educación, la formación y la sensibilización del público.
Mientras tanto, gracias a los adelantos científicos se están creando cada vez más información y servicios climáticos de gran utilidad en apoyo a la resiliencia, la adaptación y la mitigación en el ámbito del clima. La Organización Meteorológica Mundial y la red mundial de Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales pueden contribuir de manera importante a proporcionar las observaciones, investigaciones y servicios operativos climáticos que la sociedad necesitará para "afrontar el futuro".
Día Meteorológico Mundial 2016.