El ruido es una de las principales causas de riesgo para la salud y uno de los factores de deterioro de la calidad de vida en las ciudades. Es una de las conclusiones extraidas de "Los sonidos de las urbes, una interpretación ambiental de lo sonoro" que los estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma del Estado de México, Luis Mauricio Martínez y Héctor Eleazar González. Destacaron que en su más reciente informe sobre salud del mundo, la Organización Mundial de la Salud indica que en 2011, en Europa hubo más de siete millones de muertes por isquemias cardiacas (disminución del flujo de sangre rica en oxígeno).

De estas muertes, señalaron, más de doscientas mil fueron causadas por la contaminación acústica, pues hay una gran probabilidad de que la población que está expuesta a niveles de 70 a 75 decibeles (dB) empiece a presentar trastornos de sueño y fatigas constantes debido al estrés que esta cantidad genera en los organismos. Aseguraron que con una exposición constante en los niveles cercanos a 80 y 90 dB el estrés es muy notorio en las personas y se comienza a perder gradualmente la capacidad auditiva; la exposición a esta cantidad genera también ligeros tamboreos en el oído interno y silbidos.

Al dictar la conferencia "Los sonidos de las urbes, una interpretación ambiental de lo sonoro, desde la identidad de las calles en la ciudad de Toluca: una aproximación metodológica", que desarrollaron en colaboración con Emma González Carmona, especialista del Instituto de Estudios Sobre la Universidad, los universitarios resaltaron que los efectos de los sonidos en la salud integral de los seres vivos muestra la gravedad del problema de contaminación.

Refirieron que un estudio realizado en la Universidad de Granada plantea que los efectos en la salud se presentan cuando la población expuesta a niveles por encima de los 65 dB desarrolla a corto plazo un índice superior a ataques cardiacos; así, los niños y los ancianos son más sensibles a los ruidos que perturban su sueño con niveles de ruido altos. Luis Mauricio Martínez Martínez y Héctor Eleazar González Mercado indicaron que los niños cuyas escuelas colindan con zonas ruidosas, como industria, aeropuertos y carreteras con mucho tráfico aprenden a leer más tarde, presentan mayor agresividad, fatiga, agitación, peleas y riñas frecuentes, mayor tendencia al aislamiento y cierta dificultad para relacionarse con los demás.

Los estudiantes de Ciencias Ambientales reconocieron que la calidad de vida en las urbes cada día se va deteriorando física y socialmente, por lo que la importancia de su abordaje puede mostrar caminos no solo para entender su fenomenología sino para explicarla e incidir en ella. De ahí la necesidad de recurrir a caminos metodológicos y teóricos que permitan aprehender el fenómeno.

Fuente: modificado de Así sucede.