La Fundación CRAM para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos ha realizado un total de 126 asistencias a tortugas marinas de la especie Caretta caretta durante los dos últimos años (2018-2019), en el marco de un proyecto para la conservación de estos animales a través de la recuperación y reintroducción en su medio natural de tortugas atrapadas accidentalmente en redes de arrastre.
Durante la segunda fase del proyecto, del 20 de diciembre del 2018 al 20 de diciembre del 2019, se han atendido un total de 54 tortugas marinas, de las cuales 2 ingresaron ya muertas en el centro de recuperación, y el resto se ha reintroducido con éxito en su medio natural.
Esto ha sido posible gracias a la campaña de sensibilización del sector pesquero realizada en la provincia de Tarragona, poniendo especial atención en la zona del delta del Ebro hacia la preservación de estas especies, con un total de 54 embarcaciones implicadas a lo largo de las dos fases del proyecto.
El proyecto, llamado “FAVOMAR: pescadores a favor del mar”, ha contado con el apoyo de la Generalitat de Catalunya y con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa pleamar, cofinanciado por el FEMP.
El proyecto ha tenido como objetivos, por un lado, sensibilizar e involucrar al sector pesquero de arrastre de la provincia de Tarragona para minimizar el impacto que la pesca accidental tiene sobre las tortugas marinas, a través de reuniones con las cofradías implicadas y el establecimiento de relaciones con los mismos pescadores.
En este sentido, se han realizado formaciones en los puertos de l’Ampolla, les Cases d’Alcanar, Sant Carles de la Ràpita, l’Ametlla de Mar, Cambrils y Tarragona, lo que se ha traducido en un total de 54 embarcaciones implicadas en la recuperación de tortugas marinas durante los dos últimos años.
Por otro lado, el éxito de recuperación de las tortugas que ingresan vivas en el centro de recuperación roza el 100%, necesitando más de la mitad de los animales, un tratamiento en cámara hiperbárica para tratar los efectos del síndrome de descompresión que sufren, enfermedad frecuente en tortugas marinas capturadas accidentalmente en redes de arrastre. Es por ello, que, en los dos últimos años, un total de 120 tortugas marinas se han podido reintroducir con éxito en su medio natural de la mano de los pescadores colaboradores y sus familias.
Finalmente, en el marco de la segunda fase del proyecto se han realizado dos formaciones a núcleos de voluntarios y voluntarias locales de los municipios de Torredembarra y Cambrils, con un total de 37 participantes, con el objetivo de capacitarlos para dar soporte al operativo de rescate de los especialistas del CRAM, y garantizar una acción inmediata y efectiva que aumente las posibilidades de supervivencia de animales capturados.
Los pescadores: pieza clave en la conservación de tortugas marinas
La principal amenaza de las tortugas marinas es la captura accidental. Por esta razón, la implicación y colaboración del sector pesquero es fundamental para la preservación de estas especies tan vulnerables a la actividad humana.
El proyecto ha sido muy bien recibido por los pescadores de las Tierras del Ebro, que se han mostrado muy interesados en colaborar y se han involucrado desde el primer momento.
Los pescadores son una pieza esencial en la conservación de las tortugas marinas, convirtiéndose en el primer agente involucrado en el proceso de recuperación de estos animales, ya que son los primeros en detectar la captura incidental y son los encargados de activar el protocolo de rescate.
Una reciente publicación científica reveló que las tortugas marinas capturadas accidentalmente en redes de arrastre podían sufrir de una enfermedad disbárica, muy similar a la sufrida por buceadores al exceder el tiempo de inmersión o ascenso demasiado rápido a la superficie.
Estas enfermedades se desencadenan principalmente por la suma de subir al animal rápidamente hasta la superficie y por el estrés que sufren tras la captura. Esta situación podría causar que las tortugas marinas no pudieran llevar a cabo correctamente la transferencia de gases del torrente sanguíneo, acumulando cantidades de nitrógeno que pondrían en riesgo su supervivencia, además de una posible sobreexpansión pulmonar. Por esta razón, cuando una tortuga marina es capturada por accidente, aunque parezca activa y sin síntomas evidentes, requiere atención veterinaria inmediata para hacer un diagnóstico adecuado y un tratamiento de emergencia si es necesario. De lo contrario, si ha sido afectada internamente y no recibe tratamiento, podría morir después de unas horas o días tras ser devueltas al mar.
Este descubrimiento científico puso en evidencia la necesidad de revisar los protocolos de acción después de una captura accidental de tortugas marinas y trasladar esta información a los pescadores para establecer alianzas y un marco de trabajo conjunto que aumente las posibilidades de supervivencia de estos animales.
Al mismo tiempo, y como punto clave en el tratamiento de esta patología, la Fundación CRAM cuenta con la única cámara hiperbárica de Cataluña diseñada específicamente para el tratamiento de las enfermedades disbáricas en tortugas marinas.
La fundación CRAM
La Fundación CRAM es una entidad privada sin ánimo de lucro destinada a la conservación y recuperación del medio marino y de sus especies amenazadas.
La misión de la Fundación es proteger la biodiversidad marina ante las amenazas globales a través de acciones locales. La Fundación CRAM se ha convertido en un referente en el campo de la recuperación y clínica de la fauna marina gracias a sus acciones a nivel nacional e internacional a través de la cooperación con otras entidades.
Los objetivos de la Fundación son:
Desarrollar el conocimiento sobre las enfermedades y sobre la asistencia clínica a las
especies marinas amenazadas utilizando técnicas no invasivas ni dolorosas, en un
marco de respeto al individuo y con el objetivo de reintroducirlo en su medio natural en
el menor tiempo posible.
Fomentar proyectos de investigación aplicada a la reproducción de especies y a la
conservación de hábitats en colaboración y sinergia con otras instituciones.
Generar a través de las diferentes herramientas de comunicación una sensibilización y
una educación destinadas a todos los ámbitos sociales para favorecer la conservación
del medio marino.
Establecer programas de cooperación internacional con países que no dispongan de
suficientes recursos para facilitarles medios y conocimientos que ayuden a la conservación y recuperación de su biodiversidad.
Desarrollar protocolos de actuación ante contingencias ambientales que pueda sufrir el
medio marino y que pongan en peligro la fauna marina amenazada.
El centro de recuperación
Las instalaciones del Centro de Rescate de Animales Marinos son las primeras a nivel
europeo diseñadas especialmente para el tratamiento de cetáceos, tortugas y aves marinas. Además, el centro permite disponer de capacidad de reacción ante de
grandes impactos ambientales que pueda sufrir el medio marino, como epidemias, vertidos de petróleo u otras mareas tóxicas, convirtiéndose en el punto de partida
hacia el desarrollo de proyectos y protocolos de actuación para hacer frente a
contingencias medioambientales que afecten a la fauna marina amenazada. Con esta
infraestructura, la Fundación CRAM se convierte en un referente en la lucha contra las amenazas a la biodiversidad marina y a favor de la conservación de especies
amenazadas.